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La Dra. Sandra Peniche Quintal, directora de la Clínica Servicios Humanitarios en Salud Sexual y Reproductiva en Mérida, institución que actúa en estricto respeto de los lineamientos de la Ley, irónicamente esta indefensa de la propia Ley; porque pese a haber sido víctima de un atentado violento, mismo por el cual está cursando un Juicio en contra de su agresor; ahora permanece, como desde 2017, en estado de indefensión institucional.
El respeto a los Derechos Humanos en Yucatán está en estado de OMISIÓN, por lo que debería de ser sujeto a una acción de sanción de los mismos organismos Internacionales que han actuado en defensa de la Dra. SANDRA Peniche, como Defensora de los Derechos Humanos.
El FANATISMO es incubador de VIOLENCIA, misma ACCIÓN de intolerancia de la que, la historia da dramáticas lecciones desde la Segunda Guerra Mundial, con el costo de miles de vidas humanas.
Nuestra propia Constitución establece la esencia del ESTADO LAICO y los espacios propios para la práctica de cultos religiosos; y la calle NO lo es.
Hostigar en el nombre de Dios no es ejemplo Fe, enarbolar la Caridad Cristiana en la práctica de la religión Hostigando al Prójimo no es más que HIPOCRESÍA MANIQUEA.
YUCATÁN ha sido escenario de vigorosas manifestaciones en pro de la defensa de los Derechos Humanos, en un sentido y en el otro; pero en el caso del permanente hostigamiento religioso del que es objeto la Clínica de Servicios Humanitarios en Salud Sexual y Reproductiva y la Dra. Sandra Peniche Quintal, raya en una grave provocación, cuánto más si se da, ante la irresponsable Inacción de las autoridades del Municipio y del Estado.
En Yucatán este provocador acoso religioso, aunado a la omisión de las autoridades del estado, irresponsable y peligrosamente, deja a la propia sociedad, en plena y total libertad de tomar la acción en sus manos.
