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Confíanza en que la justicia llegará a Emma Gabriela
Los tres hijos de Emma Gabriela Molina Canto están saliendo adelante, pese a las dificultades que han enfrentado, gracias al apoyo de su familia y al recuerdo y enseñanzas de su madre, dice la abuela de los niños, la señora Ligia Teresita Canto Lugo.
Los tres han mostrado facultades para procesar las experiencias que han vivido, lo que les permite ir cicatrizando sus heridas.
Ahora, dice en la tercera y última parte de la entrevista que concedió al Diario, ellos tienen niveles de excelencia en la escuela.
“Mis nietos, según me explica la psicóloga que los atiende, tienen una facultad de procesamiento que les permite irse acoplando a lo que viven. No olvidemos que estuvieron separados y sufrieron muchas pérdidas, pero aun así se levantan porque sacaron la casta de su madre”, dice.
Doña Ligia recuerda que el carácter luchador de su hija lo traía desde niña.
En 1986, cuando tenía doce años, mientras hacía una valla con sus demás compañeros de escuela en Palacio de Gobierno, paró al entonces gobernador Víctor Cervera Pacheco y le pidió que arreglara el techo del plantel que se estaba cayendo.
Emma Gabriela heredó esa fortaleza de su propia madre, quien en la charla con el Diario confiesa que no obstante todos los problemas por los que ha pasado (incluyendo el asesinato de su hija), ella jamás ha tomado “pastillas para los nervios”.
“Mucha gente dice que soy calmada y es verdad, pero en ciertos momentos me sale el apellido, me sale lo yucateco, lo de nuestro ancestro Jacinto Canek y me defiendo, y mi principal herramienta es que no me callo”.
Con esta condición emocional doña Ligia Canto enfrenta el juicio que se le sigue a los probables responsables del asesinato de su hija.
“Es un Calvario que sólo terminará cuando se dicte sentencia”, dice. “Es muy difícil para mí porque en cada audiencia revivo lo sufrido, peor lo enfrento con una idea que me enseñaron de chica: ‘Para subir varios escalones hay que irse para atrás e impulsarse’, y eso es lo que hago, impulsarme para llegar a nuestra meta de justicia y paz.
“Con eso, yo y mi familia olvidaremos esta vida de terror, de auténtico ‘thriller’, que pese a todo lo único que puedo decirle es que va a tener un final feliz”.
¿Por qué lo dice?
“Tengo fe en Dios y en las autoridades. Confío en los abogados, que están haciendo un buen trabajo, y en la Fiscalía y el Tribunal, que igualmente realizan una buena labor. Por eso espero que la sentencia se dicte sin ninguna duda y que todo esté firme cuando se llegue a la última instancia”.— Hernán Casares Cámara
Fuente: Diario de Yucatán
