Dra. Sandra Peniche Quintal
Por Esto
Con el paso de los años, y con la oportunidad de ser y estar mayor, de envejecer junto a quienes quieres, puedes sumergirte en los placeres de la vida, tantos, que ya no puedes cuantificarlos.
Sentir los cariños se parece a esa primera vez que una es consciente de sumergirse en el agua y percibir cada milímetro de tu cuerpo en contacto con la caricia y frescor del agua. Cuando emerges, la percepción de la inspiración es vitalizante y la espiración da el sentido de la pausa, del reposo.
Cuando estamos entre amigas los sentimientos afloran y las confidencias discurren sin prisa, la sinceridad se puede sentir y el gozo se manifiesta de múltiples formas y colores. Cuando estamos entre nosotras, la conversación es profunda y amplia, con interacciones que nos llevan a adentrarnos en territorios nuevos, vitales o de terror cuando tocamos al sistema de suprema jodidez del patriarcado y neoliberalismo. Y es en cualquier parte del mundo, lo cual enriquece nuestras percepciones.
Conocer a nuestras amigas y crear nuevos vínculos es simplemente fabuloso, gratificante. Conversar de tantas cosas, de tantas situaciones, conocer de las experiencias buenas y de logros, del cómo se hacen las cosas, de los pormenores de la planeación, ejecución e incidencia, en cada contexto y en un momento específico de vida, es de un altísimo valor porque nos forma, anima y previene.
Encontrarnos con los nuevos retos de apoyar a quienes enfrentan la migración es de un valor que representa, además de solidaridad humana, una fuerza transformadora de ir más allá de lo establecido y crear otras posibilidades.
Las recapitulaciones al cabo de los 50s, 60s, 70s u 80s años vividos y plantearse opciones de crecimiento personal y social, es de admirarse por la fortaleza vital de sentirse poderosas para cambiar y mejorar, para innovarse y recrearse.
Navegar y conocer a través de otras compañeras y enterarse de problemas que ni sabías de su existencia, permite articularnos y apoyarnos.
Duele también cuando conocemos de ingratitudes, de dolencias y despedidas. Nos sabemos cerca y hemos creado nuestra red solidaria para bien despedirnos.
Y con toda la experiencia, con vastísimo conocimiento de diversas problemáticas sociales, siempre sale alguna nueva necesidad debiendo prepararnos para afrontar con grandes probabilidades de hacerlo bien y contribuir a disminuir el sufrimiento y a generar bienestar. Dejar la comodidad de tu vida cotidiana para ir a socorrer a otras personas y hacerlo en condiciones de riesgo, requiere de un compromiso muy grande con la humanidad.
Una querida amiga recorrerá un camino que parte de su infinita solidaridad y lleva por equipaje sus conocimientos en salud y su excepcional corazón, así como un gran bagaje de recursos personales, profesionales y feministas. Seguramente se transformará como también harán quienes se vinculen aunque sea momentánea o temporalmente con ella. Ya quisiera tomar un desayuno y conversar a su regreso.
Tantas y tantas compañeras que dedican buen tiempo de sus vidas a contribuir a transformar las malas condiciones en que viven otras, a crear lazos infinitos de apoyo a las mujeres con quienes la violencia machista y patriarcal se ha ensañado.
A mis compañeras que albergan a las mujeres y sus hijas/os y que en esos espacios abren nuevas puertas y ventanas y la viabilidad de otro tipo de vida segura y gratificante, a las otras que en el día a día se solidarizan con un vasto grupo de mujeres para cuidarles la vida y la salud y no la pongan en riesgo por la desesperación, la precariedad y la desinformación y la necesidad de evacuar los productos espermatogenerados para que no se destruyan ni la vida de más de una persona.
A todas las amigas que de cuando en cuando nos tomamos unas cuantas horas para abrazarnos y departir, les abrazo, les agradezco su compañía y sororidad. Que en el período que viene logremos vivir mejor y que ellos puedan hacerse cargo de sí mismos y erradicar y erradicarse tanta violencia y malvivir.
Por todas y por mis amigos y familiares hombres que son personas, les convoco a que vivamos mejor, más felices, más transformantes. ¡Atrévanse a ser! ¡Atrévanse a sentirse!
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Drs. Sandra Peniche Quintal
Por Esto