domingo , 5 mayo 2024
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Alaska perteneció a Rusia

  • La evolución de la relación entre Estados Unidos y Rusia

Por: Franck Fernández Estrada (*)

Fuente: Diario de Yucatán

En pocos momentos de la historia, las relaciones entre los Estados Unidos y Rusia han estado tan tensas. Esto se debe a la cobarde invasión de Vladimir Putin a Ucrania en una guerra indiscutiblemente imperialista. Pero geográficamente, los Estados Unidos y Rusia se encuentran muy cerca, a tan solo 4 km. ¿Como es posible que sean solo 4 km si hay todo un océano y un continente en el medio? Que no, que hay que mirar del otro lado, del lado Pacífico. Si bien la Rusia continental y la Norteamérica continental están a 83, existen unas islas que son las que realmente fungen como la frontera más cercana entre estos dos grandes países.

El huso horario que cambia de un día a otro pasa entre las dos islas por lo que en la isla en la que todavía es ayer, en la otra ya es hoy. Todo esto para explicarles que, en un momento dado, toda la región de Alaska formaba parte del imperio ruso. Para ello debemos remontarnos a la época de Pedro I quien, en su afán de convertir su nación en una gran potencia al nivel de las otras europeas, decretó muchas leyes para salvar las diferencias de desarrollo que tenía con el resto de Europa.

Sin embargo, no debemos olvidar a España. Los españoles, al llegar a las Américas, iniciaron toda una serie de expediciones de conquista. Alaska, por muy alejada que estuviera e inhóspita que fuera, no fue la excepción. De ahí que en Alaska vemos tantos nombres geográficos españoles, como son la bahía de Córdova y Puerto Valdez. Debemos también recordar la bula papal del Tratado de Tordesillas que dividía las nuevas tierras descubiertas en dos para España y Portugal dándole a España la “exclusividad” de las tierras al oeste de lo que hoy en día es Brasil.

Importante fue la expedición de Juan José Pérez Hernández quien, en 1774, bajo las órdenes del Virrey de la Nueva España, viajó al norte para explorar, confirmar la posesión española de esas tierras y saber si en esas tierras de la lejana Alaska se habían establecido mercaderes de pieles rusos. Zarpó con 86 marinos, todos criollos nacidos en tierras novoespañolas. Lamentablemente para España, los territorios conquistados eran demasiado grandes como para poder controlarlos todos.

Pues bien, volvamos a nuestro Pedro el Grande de Rusia. Dentro de los decretos que firmó, estuvo el de la creación de una flota de guerra a la altura del imperio que pensaba crear y de la misma forma conocer los confines de sus bastos territorios. Hasta esas fechas no se conocían los límites de la inmensa Rusia.

Contrató a un marino muy experto, danés, para que viajara al este con el fin de descubrir los límites de Rusia y, al mismo tiempo, determinar si los dos continentes estaban unidos o no. Su nombre era Titus Bering, que dio finalmente su nombre al mar y al estrecho de Bering, descubriendo de esta forma cuáles eran los límites de Rusia en el extremo oriental de Siberia y que detrás de ese estrecho de 83 km había una tierra que solo pertenecía a los esquimales. En nombre de Rusia la tomó. España no pudo hacer nada.

Durante décadas, Rusia se desinteresó de este lejano territorio por lo inhóspito y lo alejado que era. De allá solo se podían importar pieles de animales para la confección de abrigos de invierno. Pero llegó la guerra de Crimea del año 1853 en la que Rusia, en su afán de conquistar el estrecho del Bósforo haciéndose la ciudad de Estambul, hizo que el imperio otomano, Francia, el reino del Piamonte e Inglaterra se unieran para impedírselo al ruso mediante una guerra.

La de 1853 fue una guerra muy importante y sangrienta. Fue la primera guerra que se transmitió casi en directo a todo el mundo por el reciente descubrimiento del telégrafo. También fue durante esta guerra que la enfermera Florence Nightingale creó las bases de la enfermería moderna. Rusia pensaba que podría ganar la guerra gracias a las novísimas armas que creaba la familia de Alfred Nobel, residente en San Petersburgo, quien años más tarde daría su nombre al premio Nobel. Con lo que no contaba el zar Alejandro II era con la apabullante cantidad de soldados que traían los aliados. Rusia salió perdedora de esta guerra y muy debilitada económica y políticamente.

Mientras tanto, allá en Alaska, vivían pocos rusos que, por demás, tenían problemas de coexistencia con los amerindios nativos. Después de la guerra, las relaciones entre Rusia e Inglaterra no eran las mejores y Rusia temía que, como Inglaterra estaba en posesión de Canadá, con una simple invasión tomara el territorio que, en definitiva, tampoco le aportaba demasiado. Sin embargo, las relaciones entre los Estados Unidos y Rusia no podían ser más cordiales en esos momentos.

En primer lugar, si bien los Estados Unidos se declaró neutral en la guerra de Crimea sí ayudaron en los esfuerzos de guerra a Rusia. Más adelante, cuando se declara la Guerra de Secesión en los Estados Unidos, Rusia también apoya a los norteños. Con estas premisas, cuando el embajador de Rusia, una vez terminada la Guerra de Secesión, se presenta ante el presidente de los Estados Unidos proponiéndole la venta de todo el territorio de Alaska, la proposición fue bien recibida.

Una vez que el territorio pasó a manos de los Estados Unidos, a los 700 habitantes rusos que allí vivían se les dio la posibilidad de adoptar la ciudadanía norteamericana o regresarse a Rusia. La mayoría decidió regresarse a Rusia.

En un inicio, las conversaciones fueron secretas hasta que se consumó la venta por el equivalente de 7 millones y medio de dólares de aquella época que representarían unos 150 millones de nuestros días. Aunque no lo parezca, Alaska es el estado más grande de la Unión Americana, más grande que Montana, California y Texas juntos. Cuando la noticia se hizo pública, de inmediato hubo detractores en ambos países. En Rusia, la opinión pública se preguntaba por qué se deshacían de Alaska, oficialmente reconocida como territorio ruso… y por tan poco dinero, sin conocer el estado de las arcas de la nación. Tampoco la opinión pública venía el peligro que se corría de perderlo todo si Alaska era invadida por Inglaterra.

Del lado norteamericano se preguntaban por qué pagar esa cantidad tan exorbitante de dinero por una tierra que solo daba unas pocas pieles para abrigos de invierno. Pero a los muy pocos años de que pasara a manos de los Estados Unidos se descubrió oro, creándose la famosa quimera del oro que trajo a muchas personas de muchos países a instalarse en estas tierras inhóspitas. Más adelante se descubrió uranio, hierro, cobre y grandes reservas de petróleo.Alaska hoy es parte integrante de los Estados Unidos. Este estado es la estrellita número 49 de la bandera norteamericana, uniéndose oficialmente a la Unión como un estado pleno durante el gobierno del presidente Eisenhower el 3 de enero de 1959.

(*) Traductor, intérprete y filólogo.

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