• A un año del feminicidio, el presunto asesino José Can Canché continúa en libertad. La familia pide que pague la condena en la cárcel y no en un hospital psiquiátrico
Mérida, Yucatán, a 17 de abril de 2022.– Un año después del feminicidio de María May, familiares, amigas y feministas protestaron la tarde de ayer sábado a las puertas del Palacio de Gobierno para exigirle a las autoridades justicia para la joven y las demás víctimas que han quedado en el olvido.
También pidieron que José Can Canché, la última persona que convivió con la hoy occisa y por tanto principal sospechoso del feminicidio. «Hasta ahorita, él sigue libre. Hay muchas pruebas que lo condenan, pero la Fiscalía (General del Estado) dice que no son suficientes. Prefieren ver más sangre o una prueba más contundente para que lo arresten», señaló Edith, hermana de María, quien relató el periplo y sufrimiento que han vivido.
Con la voz entrecortada por las lágrimas, Edith describió que la pesadilla comenzó un 8 de abril de 2021, cuando su hermana desapareció luego de terminar su turno en una gasolinera y cuyo cadáver fue hallado un 16 de abril en el parque La Joya del fraccionamiento. «Fue José Can Canché, la última persona que se la llevó», expresó.
«José Can Canché está libre, quiere que esté tras rejas no en un hospital psiquiátrico por la locura que tiene. Quiero que esté en la cárcel pagando una condena», comentó Edith, quien mencionó que el presunto feminicida desde hace 12 años recibió tratamiento médico por parte de un psiquiatra.
Por cierto, los mismos medicamentos que Can Canché ingirió para tratar su enfermedad, fueron hallados en los restos de María May, por lo que la familia descartó que haya sido un suicidio como les informó la Fiscalía.
María May, de 20 años, era estudiante de Derecho y laboraba en una gasolinera para poder pagar sus estudios. Desapareció el pasado 8 de abril de 2021 y una semana después hallaron su cuerpo en una bolsa negra en completo estado de descomposición.
Los participantes en la conmemoración de la joven colocaron un altar en la puerta del Palacio de Gobierno, para luego hacer la protesta y gritar consignas de que “Mérida no es blanca, es feminicida”, “Justicia para María”, entre otras. El acto llamó la atención de algunos turistas.