viernes , 20 septiembre 2024
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La Viena que fue dividida

Franck Fernández Estrada *

Fuente: Diario de Yucatán

El nombre de la orgullosa Viena, capital de un gran imperio, resuena en nuestros oídos con fondo de valses y polcas en elegantes salones con presumidos caballeros y damas con espléndidos trajes con crinolinas, todos danzando endemoniadamente al ritmo de estos bailes.

Recordamos la existencia de la República Federal de Alemania, cuya capital era Bonn, y la República Democrática de Alemania, cuya capital era Berlín pero, quedemos claros, pero solo una parte de Berlín, porque aproximadamente las dos terceras partes de esta ciudad no formaban parte del territorio de la RDA. Eran un enclave capitalista dentro de un país comunista.

Lo que pocos saben o recuerdan es que Viena y, en general, toda Austria sufrió el mismo destino que Alemania. Y es lógico pensar que así sea. Austria estuvo ocupada desde los años 1945 a 1955 por las fuerzas aliadas, a saber, Francia, Estados Unidos, Unión Soviética e Inglaterra.

Después de ser “liberada” de la invasión y de la dictadura nazi. Ello dentro del cumplimiento de los acuerdos de la Declaración de Moscú de 1943. Mediante este acuerdo se fijaba que Austria sería restituida a las fronteras que habían existido antes del Anschluss de marzo de 1938.

Pero ¿qué fue el Anschluss? Sencillamente la anexión pura y simple de Austria al Tercer Imperio de Hitler. Austria desaparecía como entidad estatal independiente para formar parte de un imperio como un “land” más de la Alemania nazi.

Bajo ningún concepto podemos olvidar que la mayoría de los austriacos vieron como una bendición que uno de los suyos (Hitler era austriaco, no alemán) estuviera a la cabeza de este nuevo imperio.

Con vítores y mostrando el saludo nazi de extender el brazo fue recibido Hitler por decenas de miles austriacos enardecidos y fanáticos en la capital de su país natal. Algunos historiadores dirían más adelante que fueron acarreados a la actividad, pero supieron muy bien representar su papel de gente entusiasmada.

Los soldados austriacos, considerados alemanes en estas condiciones, participaron en todas las batallas de la Segunda Guerra Mundial al lado de los húngaros, búlgaros, rumanos y alemanes: el Eje. Una vez más Austria se unía del lado de los perdedores. El comienzo del fin fue muy evidente para los analistas, fue la batalla de Stalingrado. Cierto, fueron necesarios muchos meses más de guerra y gran dolor, pero definitivamente fue con esta batalla que comenzó el declive del odiado régimen fascista.

A las puertas de las fronteras orientales austriacas se presentó el ejército rojo, junto con el ejército búlgaro que hasta hacía poco había sido aliado del Eje. Ya para el 15 de abril, Viena había sido conquistada en menos de dos semanas. Acto seguido se formó un gobierno estatal provisional mientras aún continuaban encarnizados combates. En la parte occidental, la Werhmacht alemana impedía el avance de las tropas francesas e inglesas, razón por la que no estuvieron presentes en la liberación de Viena.

Ya vencedores los aliados, Austria tuvo el mismo destino que Alemania. Fue dividida en cuatro zonas de ocupación: a saber, la francesa, la inglesa, la norteamericana y la soviética. Mismo destino corrió Viena considerándose, a diferencia del caso de Berlín, que el centro histórico era una tierra de nadie, neutra, y seria administrada cada mes por cada uno de los ejércitos de ocupación.

El hecho que su país fuera dividido en cuatro zonas de ocupación fue una gran molestia para los austriacos, que necesitaban un documento especial de identidad para pasar de una zona a otra. Este documento de identidad, redactado en cuatro idiomas: alemán, francés, inglés y ruso, debía tener la autorización de cada una de las cuatro potencias. Necesitaba un total de 11 sellos. Pronto se permitió viajar entre las zonas de ocupación de las potencias capitalistas. No fue así en la zona de ocupación soviética en la que cruzar la línea de demarcación equivalía a un viaje al extranjero. Estos controles soviéticos solo terminaron en junio del 1954, después de 10 años de ocupación. Durante todo este tipo, Austria se mantuvo bajo la dominación de una Comisión Aliada para Austria, constituida por los cuatro comandantes en jefe de las principales unidades militares que ocuparon Austria. Ya a partir de 1957, los altos comisionados dejaron de ser gradualmente militares para ser ocupados sus puestos por civiles. Con posterioridad se restableció la administración que existía antes del Anschluss.

Como ocurrió en Francia durante la ocupación alemana, fue el Estado austriaco el que tuvo que cubrir los costes de las tropas de ocupación que inicialmente eran de 700 000 personas, reduciéndose al final de los 10 años a solo 60 000. Durante esos años, Viena era la placa giratoria del espionaje internacional. Nadie confiaba en nadie, todos veían en el amigo un espía que trabajaba para el bando contrario.

A pesar de “haber sido anexionada”, a Austria se le reconocía como responsable de su participación en la guerra. Hubo que esperar el año 1955 y, respetando los acuerdos de la Declaración de Moscú de 12 años antes, las tropas de ocupación se retiran y resurge Austria nuevamente como país. No obstante, en la Declaración de Moscú de 1943 quedaba claro el futuro de la nación. Austria tenía que cumplir con la promesa de ser neutral, de no aliarse ni a la OTAN ni al pacto de Varsovia, efectuar grandes compensaciones monetarias a los vencedores (los soviéticos se sirvieron con fábricas y ferrocarriles) y nunca más anexionarse a Alemania.

Durante esos años se trabajó también en el renacimiento de la prensa austriaca y de sus transmisiones radiales, que durante la ocupación alemana estaban subordinadas a Berlín. Evidentemente, a causa de la gran destrucción que sufrió el país, la economía austriaca, como la del resto de los países de Europa, estaba en ruinas, llegándose a producir una hambruna en Austria a partir del año 1947. Fue en 1948 que los Estados Unidos, al igual que a otros países, brindó ayuda a través del Plan Marshall. Austria recibió un total de 488 millones de dólares. Este dinero fue utilizado para la reconstrucción de la industria y las infraestructuras.

Hoy en día Austria, si bien es miembro de la Unión Europea, ha respetado su principio de neutralidad acordado por la Declaración de Moscú 1943. La injustificada y asesina invasión de Putin a Ucrania, que precipitó a países tradicionalmente neutrales como Suecia y Finlandia al seno de la OTAN como garante de su propia independencia, no llegó a Austria que, junto con Suiza, siguen siendo los dos únicos países neutrales que encontramos en Europa.

*Traductor, intérprete y filólogo.

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