domingo , 18 mayo 2025
Ultimas Noticias

La historia del “Himno al amor”

Franck Fernández Estrada (*)

Fuente: Diario de Yucatán

Los 36 Juegos Olímpicos de París 2024 han pasado sin pena ni gloria. Más bien han generado mucha controversia, incluso descontento. De París, Ciudad Luz, ciudad de todos los inventos, ciudad de todas las modas, nos esperábamos algo más… Algo más de acuerdo con el sentir, el gusto, el respeto y las creencias de cada cual.

Pocas cosas fueron afortunadas. Desde mi punto de vista, la actuación de Lady Gaga en su representación de Zizi Jeanmarie fue algo muy bien hecho. Pero el detalle es que ese baile con plumas rosas y la propia Zizi Jeanmarie no representan nada para nadie que no sea francés y no haya conocido a la famosa bailarina que, con el paso de los años, tuvo que abandonar las zapatillas de ballet reciclándose al cabaret y montando, entre otros, el famoso baile con las plumas rosadas.

El espectáculo de cancán, del que solo nos dieron un pequeño sorbo, a todas luces no fue interpretado por los profesionales que hemos visto en el Moulin Rouge.

La escena de la cabeza guillotinada de María Antonieta desde varias ventanas de la Conciergerie con el célebre collar de brillantes, cantando una canción revolucionaria y vestida de rojo, no solo es una afrenta a la memoria de la reina sino de la historia misma.

En primer lugar, durante el bicentenario de la revolución en 1989, la República francesa reabrió el caso de Luis XVI y María Antonieta y ambos fueron absueltos para que ahora vengan con este espectáculo. No tiene sentido esa burla burda cuando la República la ha perdonado.

Por demás, no fue el famoso escándalo del collar lo que generó el juicio y posterior guillotinamiento de María Antonieta. Mucho menos fue vestida de rojo al llevarla al cadalso. De rojo se viste a los magnicidas, como fue el caso de Charlotte Corday que apuñaló a Marat. Ella sí fue llevada al cadalso vestida de rojo. María Antonieta, acusada de traición, fue llevada al cadalso vestida de blanco.

Mejor ni me extiendo en el espectáculo de Drag Queens, que nada tenía que ver ni con la historia de Francia ni con ningún evento deportivo.

Los deportistas, principales actores de este magno evento, se quejaron de muchas cosas: de las minúsculas habitaciones de la Villa Olímpica, decían estaban mal equipadas, sin aire acondicionado (con los calores de París durante el verano). Las camas de cartón, amén de una comida vegana no adecuada para deportistas de alto rendimiento. Las quejas podrían seguir. Sin embargo, algo sí generó entusiasmo en todos por lo bien hecho que estuvo. Fue la reaparición de la cantante canadiense Céline Dion, desde el primer piso de la Torre Eiffel, después de los conocidos problemas de salud por lo que está pasando, cantando una canción inmortal. Es precisamente de la historia esta canción que les quiero hablar hoy.

Estoy hablando del “El himno del amor” (L’hymne à l’amour). Esta es una canción escrita por la propia Édith Piaf, aquella que nació en la mayor miseria bajo las escaleras del edificio que se encuentra en el 72 de Belleville, en París 20. La música la aportó la compositora Marguerite Monnot, con quien ya Édith Piaf había trabajado en el pasado en varias canciones, poniendo una la letra y la otra la música. Esta canción fue escrita en el año 1950 y fue dedicaba al gran amor de Édith Piaf, el boxeador Marcel Cérdan.

Édith y Marcel se conocieron en Nueva York dos años antes. La Piaf realizaba presentaciones por distintos teatros norteamericanos y Marcel Cérdan había venido al país del norte dentro del marco de sus competencias de boxeo. Marcel era un hombre casado, incluso tenía hasta dos hijos. Sin embargo, el amor entre Édith y Marcel fue tan intenso que, de regreso a París, en 1949 se compraron una casa en Boullogne-Billancourt, uno de los barrios elegantes del suroeste de París. Fue dentro de los muros de esta casa que Édith escribió esta canción que más tarde se coronaría como uno de sus más grandes éxitos. Una vez realizada los orquestación, la canción fue registrada ante la SACEM, organismo que regula los derechos de autor en Francia, y aprobada en agosto, siempre de 1949. Los entendidos dicen que la melodía le fue inspirada a Marguerite Monnot por un lied (canción) del compositor alemán, Robert Schumann.

Inicialmente la intención de Édith era ofrecerle la canción a Yvette Giraud, importante cantante a la moda en esos momentos en Francia y quien, debido a los acontecimientos que les voy a narrar a continuación, decidió grabarla solo en 1965, 2 años después de la muerte de Édith. Pues bien, la canción fue cantada por primera vez en el cabaret Versailles en Nueva York el 14 de septiembre de 1949 por la propia Piaf, acompañada que fue por el grupo musical “Les Compagnons de la Chanson”.

Hasta ahí todo muy bien. Sin embargo, mes y medio después de la presentación en el Versailles, el 28 de octubre de 1949 en el vuelo de Air France 009 que conectaba París con Nueva York a donde venía Marcel a encontrarse con Edith, fallece Marcel en un grave accidente aéreo. El avión había hecho escala en Santa María de las Azores para rellenar con queroseno sus tanques, los aviones de aquella época no tenían la capacidad de atravesar el Atlántico sin esta obligación. Fue en ese aeropuerto de escala donde se produjo el mortal accidente. Podemos entender que Édith Piaf, mujer profundamente enamorada, sufrió con gran dolor esta pérdida.

Édith Piaf falleció en 1963 en una hermosa casa que se había comprado en Grasse, la capital de los perfumes, toda rodeadas de flores, aquejada por múltiples enfermedades y por el exceso consumo de drogas. La sobrevivió su joven esposo, Théo Sarapo. El pueblo francés no quería a Théo. Consideraba que se había acercado a la gran cantante por interés y por dinero. La verdad es que Édith Piaf estaba totalmente quebrada… en la ruina. Hacienda le reclamaba grandes cantidades de dinero que ella, enferma, no podía pagar. En silencio el joven Théo pagó hasta el último franco que debía su fallecida esposa. A los pocos días murió en un curioso accidente de tránsito que muchos entendieron como suicidio.

En cuanto a la famosa canción del Himno al amor, muchos otros cantantes la han interpretado. Céline Dion la cantó por primera vez en una ceremonia en homenaje a las víctimas de los atentados de París del 13 de noviembre de 2015.

Este pasado 26 de julio de 2024, ante la sorpresa general, nuevamente Céline Dion la presentó al mundo en la inauguración de los 36 Juegos Olímpicos. Édith Piaf cantó muchas hermosas canciones de amor, desgarradoras, alegres… pero, sin lugar a dudas, El Himno al Amor es una con un peculiar impacto sobre el público. En particular, con el último de los versos de la letra: “Dios reúne a los que se aman”

*Traductor, intérprete y filólogo.

Deja un comentario

Ver también

Tras la puerta del poder | Poco a poco oposición y críticos desmantelan la Ley Censura

Por: SemMéxico  Roberto Vizcaíno SemMéxico, Cd. de México, 15 de mayo, 2025.- La presidenta Claudia …

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *