Franck Fernández Estrada (*)
Fuente: Diario de Yucatán
Benditos aquellos que saben agradecer. El agradecimiento eterno es un sentimiento que le es propio a las personas con gran espíritu. Sé de algunos que van por el mundo diciendo: “No voy a estar agradecido toda mi vida”.
Y hubo un personaje de gran espíritu que supo agradecer toda su vida el hecho de que se ocuparan de él cuando era niño, pobre y desvalido. Ese hombre fue Louis Armstrong, gran músico y trompetista que agradeció toda su vida el haber sido recibido, atendido y cuidado por una familia judía lituana.
Armstrong fue un gran músico y trompetista a quien le debemos hermosas interpretaciones, pero existe una en particular que llama la atención por la belleza y sencillez de su melodía y por su hermosa letra. Esa canción es “What a Wonderful World” y de ella y de su historia les quiero hablar hoy.
Es una de esas canciones que, a pesar de haber sido compuesta en 1967, sigue resonando en el corazón de muchas personas. Escrita por Bob Thiele y George David Weiss e interpretada por Louis Armstrong, la canción transmite un mensaje profundo de apreciación por la belleza del mundo que nos rodea.
La letra nos invita a detenernos y contemplar la simplicidad de la vida: el cielo azul, las nubes blancas, los árboles y las flores. Cada verso nos recuerda que, a pesar de los desafíos y las dificultades, siempre hay maravillas que podemos disfrutar. Armstrong, con su voz inconfundible y su estilo único, añade un toque de calidez y nostalgia, haciendo que cada palabra resuene con un sentido de esperanza.
El impacto de “What a Wonderful World” va más allá de su melodía. Se ha convertido en un himno de optimismo, evocando sentimientos de gratitud y una conexión profunda con la naturaleza y con los demás. La canción nos recuerda que, incluso en tiempos oscuros, siempre hay belleza a nuestro alrededor, si solo tomamos un momento para mirarla.
En un mundo a menudo lleno de ruido y agitación, este tema sigue siendo un poderoso recordatorio de la importancia de la contemplación y la apreciación de las pequeñas cosas. La sencillez de su mensaje es lo que la hace eterna: celebrar la vida, la naturaleza y la bondad que aún existe en nuestro día a día.
La canción fue escrita en un período marcado por tensiones sociales y políticas en Estados Unidos. Durante la década de 1960, el país enfrentaba la Guerra de Vietnam, el movimiento por los derechos civiles y una gran agitación social. En este contexto, “What a Wonderful World” ofreció un respiro, una celebración de la belleza de la vida cotidiana que contrasta con la turbulencia del momento.
Aunque la canción no alcanzó gran popularidad en su lanzamiento, con el tiempo ganó reconocimiento. En 1968 se incluyó en el álbum “What a Wonderful World”, que también tuvo una buena recepción. La canción se utilizó en varias películas y programas de televisión, lo que ayudó a consolidar su estatus de clásico. Uno de los momentos más memorables fue cuando se utilizó en la película “Good Morning, Vietnam” (1987), lo que la introdujo a una nueva generación.
“What a Wonderful World” ha trascendido generaciones y culturas. Se ha convertido en un himno de paz y unidad, utilizado en eventos y ceremonias en todo el mundo. Su mensaje universal de amor y apreciación de la vida ha resonado en diferentes contextos, convirtiéndola en un símbolo de esperanza. A pesar de los cambios en el mundo, la canción sigue siendo relevante. En un momento en que muchos se sienten abrumados por el estrés y la ansiedad, su mensaje es más necesario que nunca. La música de Armstrong, junto con la letra conmovedora, continúa inspirando a las personas a encontrar alegría en la vida cotidiana.
La carrera de Louis Armstrong duró más de 50 años y su legado sigue influyendo en los fans y artistas de todo el mundo. Durante su carrera, Armstrong apareció en docenas de películas y programas de televisión, escribió libros y cartas y cautivó al mundo con su voz grave y su impecable forma de tocar la trompeta, actuación tras actuación. Armstrong nos regaló innumerables éxitos, desde canciones como “Hello, Dolly!” y “Blueberry Hill” hasta clásicos del jazz más antiguos como “West End Blues” o “When the Saints Go Marching In”. Cuando Louis Armstrong falleció en 1971, pocos habrían considerado “What a Wonderful World” su canción más querida. Hoy, es la grabación más popular de Armstrong. Aparece en importantes películas y acumula millones de visitas en YouTube y lidera regularmente las categorías de jazz.
El original “What a Wonderful World” fue arreglado por Tommy Goodman y grabado para ABC-Paramount el 16 de agosto de 1967.
Larry Newton, todavía molesto con Thiele por grabar el número, saboteó su comercialización al no promocionar el disco en los Estados Unidos. Armstrong hizo lo mejor que pudo en su nombre, cantando “What a Wonderful World” en shows en vivo y en televisión, pero poco después de su lanzamiento el disco no había superado las mil ventas de copias en Estados Unidos.
Fue una historia diferente en el extranjero, donde “What a Wonderful World” se convirtió en el éxito número uno en Inglaterra en 1968, permaneciendo en la cima de las listas durante 13 semanas consecutivas, al mismo tiempo que se convirtió en un éxito popular en otros países europeos, así como en Sudáfrica. En 1970, Armstrong rehizo la canción con un arreglo actualizado. El aspecto más conmovedor del remake fue su introducción hablada, donde Armstrong responde a las quejas sobre que el mundo está lejos de ser “maravilloso” diciendo: “Me parece que no es el mundo lo que está tan mal, sino lo que le estamos haciendo. Y todo lo que digo es, mira, qué mundo tan maravilloso sería si tan solo le diéramos una oportunidad. Amor, nena, amor. Ese es el secreto, sí. Si muchos más de nosotros nos amáramos, resolveríamos muchos más problemas”.
La canción permaneció olvidada hasta la película “Good Morning Vietnam” de 1987, cuando se utilizó como banda sonora de un montaje de soldados luchando y muriendo durante la guerra de Vietnam. Reeditado como sencillo para capitalizar la popularidad de la película, “What a Wonderful World” finalmente llegó a las listas de éxitos en los Estados Unidos. Esta canción no ha dejado de venderse y no ha dejado de usarse en películas, anuncios y en toda la cultura pop. La letra de la canción combinada con la pasión de Armstrong sigue haciendo de “What a Wonderful World” un clásico atemporal.
Con todos los acontecimientos recientes que suceden en el mundo, no es de extrañar que la letra de una canción interpretada por alguien tan humilde e influyente como Armstrong hace 50 años siga siendo tan relevante.
(*) Traductor, intérprete y filólogo.