Franck Fernández
Fuente: Diario de Yucatán
Nunca he tenido buenas relaciones con el mar. De hecho, la playa tampoco es un atractivo para mí. Seguramente esto tiene que ver con el hecho de que le tengo miedo al mar. De niño creía que los pulpos eran inmensos animales, como se representaban en las ilustraciones medievales, capaces de tragarse un barco entero. Fue ya bastante grandecito que tuve que prever a la baja el tamaño real de los pulpos, lo que para mí fue una gran sorpresa.
Lo que las imágenes medievales representaban seguramente era el famoso kraken, uno de los monstruos marinos más fascinantes y temidos de la mitología y la cultura popular.
Era sin lugar a dudas el tamaño de ese kraken que yo creía era común para todos los pulpos. Pues bien, el kraken es un ser de gigantescas proporciones que, según las leyendas, emerge de las profundidades del océano para aterrorizar a los marineros.
El kraken tiene sus raíces en las leyendas de los pueblos nórdicos. Aunque su nombre es más reciente. La figura de un monstruo marino gigantesco que devora barcos y marineros ha sido parte de la mitología escandinava desde tiempos medievales. La palabra “kraken” proviene del noruego y puede traducirse como “animal marino”.
Las primeras menciones del kraken se pueden rastrear a los relatos de los marineros del siglo XVII y XVIII. Ellos describían a una criatura monstruosa que vivía en las aguas de Noruega y Groenlandia. Estos relatos eran populares entre los navegantes quienes, al enfrentarse a la temible fuerza del mar, a menudo imaginaban que algo mucho más siniestro acechaba bajo sus aguas.
La descripción más famosa de este ser aparece en 1780 en la obra de Franzén, escritor y naturalista sueco, quien lo describe como un monstruo de tentáculos gigantescos que podía hundir barcos enteros. Claro, cuando se habla de “barcos” de aquellas épocas no debemos dejar de tomar en consideración sus dimensiones, en nada que ver con las de los magníficos cruceros de recreo de nuestros días.
La mitología nórdica es rica en seres marinos sobrenaturales y el kraken no es una excepción. Aunque no está presente en todos los mitos nórdicos, se le asocia con criaturas de las profundidades como el jörmungandr, la serpiente marina de la mitología vikinga, y el leviatán, una bestia mítica mencionada en la Biblia que también se representa como una criatura marina gigantesca.
Según las leyendas, el kraken es tan grande como una isla, con tentáculos que se extienden hacia el horizonte. A menudo se describe como un calamar o pulpo gigante, con enormes brazos que pueden llegar a ser más largos que un barco entero. La imagen más común en la literatura y el arte ha sido la de un animal con tentáculos que surge de las aguas para envolver y hundir barcos. Como si no tuviera suficiente con sus tentáculos, el kraken es descrito como un monstruo extremadamente peligroso y agresivo. Se decía que era capaz de provocar tormentas violentas con su aparición, atrayendo grandes cantidades de peces hacia su boca.
Los marineros y exploradores que pasaban por las costas del norte de Europa, especialmente cerca de las islas del Atlántico, eran los más propensos a relatar encuentros con este monstruo marino. A lo largo del siglo XVIII, muchos de estos relatos se hicieron públicos, a menudo difundidos por los diarios de viaje de los marineros y las crónicas de la época.
El kraken también se asocia con el concepto de una “bestia sin fondo”. Se decía que, cuando no estaba atacando barcos, la criatura se sumergía de nuevo en las profundidades del océano, donde su tamaño y su poder eran prácticamente imposibles de medir. A lo largo de los siglos, el kraken se convirtió en una figura que representaba los temores más profundos de los marineros: lo desconocido y lo incontrolable del océano.
Uno de los testimonios más conocidos fue el de Cuvier, naturalista francés quien, en 1782, publicó una serie de observaciones sobre criaturas marinas misteriosas que podrían haber sido el origen de los relatos sobre el kraken. Aunque no mencionó específicamente a la criatura, señaló la posibilidad de que enormes calamares o pulpos pudieran haber existido en el océano profundo, siendo los responsables de los ataques que los marineros atribuían al kraken.
En realidad existe en las profundidades del Océano Atlántico un gran calamar, el Architeuthis Dux, el que quizás haya podido ser confundido con el kraken. Este calamar podría alcanzar impresionantes tamaños de hasta 13 metros de longitud. Los calamares gigantes tienen tentáculos tan largos que pueden luchar ferozmente con otros animales marinos, incluidos los cachalotes. En grandes cachalotes que se han cazado o avistado encontramos grandes lesiones sobre su piel que sugieren peleas entre estas dos especies de animales gigantes. Sin embargo, no se ha encontrado evidencia concluyente de que estos animales sean responsables de los ataques a barcos que los relatos antiguos atribuían al kraken.
Durante siglos, el kraken ha sido un símbolo poderoso en la literatura y ha sido representado de diversas maneras. Quizás una de las apariciones más famosas del kraken en la literatura la podemos encontrar en la famosa novela “Veinte mil leguas de viaje submarino” de Jules Verne, publicada en 1870. En ella, el monstruo marino aparece como una criatura gigante que ataca al Nautilus, el submarino del capitán Nemo. La escena en la que los tentáculos del kraken envuelven al Nautilus es una de las más icónicas de la literatura de aventuras. En la cultura popular moderna, el kraken ha sido representado en las películas de Piratas del Caribe, las que popularizaron una versión del kraken mucho más agresiva que lo que nos cuentan las mitologías nórdicas.
De todo esto podemos concluir que es posible que las leyendas sobre el kraken sean una mezcla de exageraciones, malentendidos sobre el comportamiento de los calamares y pulpos, sin contar con la fascinación de los marineros por lo desconocido.
El kraken, a pesar de seguir siendo una figura poderosa de la mitología nórdica, también ha trascendido su origen para convertirse en un símbolo global de lo incontrolable y lo aterrador que puede ser el océano. Aunque no podemos afirmar con certeza si el kraken existió alguna vez, tal como lo describen las leyendas, las criaturas marinas como los calamares gigantes y pulpos de gran tamaño han alimentado la imaginación de generaciones, manteniendo viva la fascinación por este monstruo marino de mitología. Es de esta forma que el kraken continúa siendo una mezcla de mito y realidad, una representación de los miedos primitivos de la humanidad frente a los misterios del mar y los desconocimientos enormes que aún tiene el hombre moderno.
¡Y luego me preguntan por qué le tengo miedo al mar!
*Traductor, intérprete y filólogo