Claudia Romanillos Villanueva, ex directora del Instituto del Patrimonio Inmobiliario de la Administración Pública del Estado de Quintana Roo (Ipae), multiplicó por cinco el número de propiedades a su nombre durante el sexenio de Roberto Borge.
Documentos oficiales refieren que al inicio de su carrera en el servicio público, ella tenía sólo tres inmuebles, dos de ellos heredados por su padre, y en su última declaración patrimonial reportó otras 15 propiedades en Quintana Roo y Yucatán.
Según sus declaraciones patrimoniales, además de los inmuebles, la hoy fugitiva y acusada de lavado de dinero reportó tener relojes, joyas y alhajas por un valor de 3 millones de pesos, en tanto que el menaje de su domicilio también asciende a 3 millones de pesos.
En contraste, según el expediente, al ingresar al servicio público el ex mandatario hoy preso en Morelos tenía 3 propiedades que le fueron heredadas por su padre Roberto Borge Marín y para 2017, al darse a la fuga, acumulaba un total de 11.
Los inmuebles enumerados son únicamente los que aparecen registrados a nombre de Roberto Borge y su ex colaboradora.
Tanto la PGR como la Fiscalía de Quintana Roo suponen que, al menos el primero, tenía muchos otros bienes con testaferros.