martes , 23 abril 2024
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Sinfonía agridulce

El periodismo local en tiempos de Vila

Antonio Salgado Borge (*)

Publicado en el Diario de Yucatán

Durante el gobierno de Rolando Zapata la mayoría de los medios de comunicación locales tocaron las mismas notas leídas de la misma partitura. La sinfonía resultante fue sin duda dulce para todas las personas allegadas al gobierno estatal o al PRI. Y es que durante seis años, sin importar lo que Zapata hacía o dejaba de hacer, las críticas a su gestión fueron abrumadas por una creciente orquesta que interpretó, a todo volumen, piezas celebratorias o loas al grupo en el gobierno.

Para cualquiera que reconozca y valore al periodismo serio, es claro que en Yucatán un buen número de medios digitales, casi todos los medios electrónicos tradicionales y un puñado de publicaciones impresas se dedican de tiempo completo a anunciar actividades del gobierno, no presentan reportajes o entrevistas analíticos y no cuentan con articulistas o analistas con la disposición a ejercer la crítica. Por ejemplo, en la radio y televisión local, decenas de personas con posiciones en el gobierno o legislativo desfilan “invitados” todos los días a sostener “entrevistas” donde “informan” a la audiencia sobre eventos intrascendentes que supuestamente prueban lo positiva que está siendo su labor.

En un buen número de casos, las personas encargadas de formular las preguntas hacen sonidos y gestos aprobatorios, y no suelen aprovechar la oportunidad para contrapuntear o para hacer cuestionamientos de fondo. Es decir, todo marcha de manera maravillosa.

Si bien el gobierno de Mauricio Vila apenas ha iniciado, todo parece indicar que la misma orquesta sigue presente y que tan sólo han cambiado el repertorio y los oídos a los que dirige la placidez de sus melodías. Basta con realizar un breve recorrido por las cuentas de Facebook de algunos sitios de “noticias” locales para darse cuenta de que cada paso dado por Vila es reporteado en medio de aplausos triunfalistas o es cubierto acríticamente. En pocos sitios se ha analizado críticamente, por ejemplo, a su gabinete o su manejo del caso Homún. Desde luego, el caso del gobernador es tan sólo el más sobresaliente. En realidad, la orquesta que toca para él está lista para complacer a personajes menores, siempre que estos conciertos no desentonen con la gran sinfonía dedicada al jefe del ejecutivo.

Dado lo anterior, es previsible que durante los próximos seis años el camino del presente gobierno y del PAN sea endulzado por las mismas organizaciones cuya existencia varios individuos panistas antes repudiaban. Estas melodías, dulces para quienes las financian, son sumamente agrias para quienes, más allá de partidos o ideologías, defienden la noción de que una genuina democracia requiere de cultura política y de vigilancia constante. Y es que hay al menos tres tragos agrios que han acompañado la interpretación sinfónica durante los últimos seis años.

(1) El primero es que es que sus instrumentos, sus intérpretes y sus escenarios se pagan, legal o ilegalmente, con nuestros impuestos. Es evidente que el derroche en publicidad iniciado por Ivonne Ortega fue continuado por Rolando Zapata; estos gobiernos tiraron en este rubro miles de millones de pesos a la basura y alimentaron la proliferación de portales o publicaciones impresas “patito” que, aunque se ostentan como periódicos, en realidad no son mucho más que nuevos integrantes o altavoces de la sinfonía en turno. Para ser claro, pocos medios locales son verdaderamente independientes; la mayoría no podrían sobrevivir si no fuera por la contratación de publicidad del gobierno del Estado.

Si el nuevo gobierno busca sostener su compromiso con la austeridad y con la transparencia, entonces tiene la obligación de dejar de derrochar recursos públicos que en la manutención de un séquito de “intérpretes” complacientes que sólo sirven para distorsionar la percepción de miles de personas; dinero que podría ser empleado para fines que verdaderamente generan bienestar en la población. Es decir, para Mauricio Vila, mantener a una orquesta de esta naturaleza sería un gasto tan injustificado como ofensivo.

(2) Pero la sinfonía monocromática que alegra el paso del gobierno del Estado también esconde la realidad de Yucatán —diversa como nunca— y termina por mostrar al grupo en el gobierno una imagen que está muy lejos de coincidir con la realidad.

Un gobierno encerrado y desconectado seguramente terminará fracasando. Este pudo haber sido uno de los principales errores de Rolando Zapata durante la recta final de su sexenio; la dulzura de la música que llegaba a sus oídos pudo mover a Zapata y al PRI a pensar que tenían el triunfo asegurado y que a las personas que viven en el estado vivían una vida de ensueño o no les importaría la corrupción. A ello se debe agregar una obligación adicional: en tiempos en que los contenidos chatarra y los portales dedicados a repetirlo han puesto en peligro la democracia alrededor del mundo, el gobierno de Mauricio Vila tiene también la responsabilidad de dejar de contaminar la posibilidad de que las personas que habitan el estado tengan a su disposición información veraz y crítica; de distinguir a quienes se dedican al periodismo de quienes simplemente lo parodian.

En este sentido, vale la pena retomar lo publicado por Diario de Yucatán en este mismo espacio en su “nota del día” hace un par de semanas: “La administración a cargo de dirigir los destinos del estado desde ahora debe estar abierta a la diversidad, a las diferentes culturas, cómo no, pero también muy atenta a leer la historia y a tener una visión clara y profunda del día a día, con base en información seria y relevante. Un gobernante no puede, no debe empequeñecer su visión a un único punto de vista: el propio… El reto del gobierno que hoy asume las riendas de la administración pública es mayúsculo dada la diversidad social y cultural que hay en el estado, los retos económicos, los gobiernos con los que convivirá —gobiernos en los que podríamos ver que Trump no tiene el monopolio de la cerrazón— y las voces disfrazadas de periodismo siempre dispuestas a hacer alharaca”.

(3) Otro trago agrio que incluye la dulce sinfonía que desde la primera semana de octubre disfruta el PAN en Yucatán es que la ausencia de prensa crítica ha sido un elemento fundamental para que, con la mano en la cintura, desde el gobierno estatal se realicen acciones que claramente han sido en detrimento de la mayoría de las personas que habitan en el estado. Esto es, ante la ausencia de oposición política seria por parte del PAN, la falta presión por parte de un conjunto voluminoso de medios de comunicación críticos habría ayudado a abrir la puerta a desfalcos y aberraciones. Ejemplos de ello son los casos de empresas fantasma, las agresiones a periodistas, el tráfico de tierras, los derechos pisoteados de las comunidades mayas o una red de notarios estafadores.

Es importante notar que en este ámbito existe una discrepancia notable entre lo que ocurre y los casos del actual y del futuro gobierno federal. Independientemente de lo que uno pueda pensar de ambos gobiernos, es claro que el trabajo periodístico crítico de medios de alto alcance como sinembargo.mx, Aristegui Noticias, Animal Político, Reforma o Proceso ha sido fundamental para exhibir tramas de corrupción y poner sobre nuestros gobernantes una presión que los partidos de oposición no han querido construir. Es previsible que, más allá de afinidades ideológicas, todos los medios mencionados continúen su labor crítica durante los próximos seis años; es decir, que es poco probable que callen ante lo inaceptable.

Desde luego, la línea editorial de los medios locales nunca debe ser responsabilidad del gobierno estatal en turno. Esto es, corresponde a cada medio independiente la obligación de autoevaluarse y examinarse con cuidado y posicionarse con firmeza —los medios dependientes nunca lo harán—. En este sentido, vale la pena subrayar aquí nuevamente lo dicho en esta misma página a través de la impecable “nota del día” del domingo 30 de septiembre: “A la nueva administración le decimos que desde nuestra trinchera del periodismo nos manifestamos listos y comprometidos para continuar ejerciendo nuestro papel en pro de Yucatán, como desde hace más de 93 años”.

El gobierno de Mauricio Vila tiene la obligación de terminar, de una buena vez y por todas, con una sinfonía dulce que se paga con nuestros impuestos y que limita su visión de la realidad; una sinfonía que daña la cultura política en Yucatán y que constituye un elemento indispensable para que florezca la corrupción y la impunidad en el estado. Quienes de una forma u otra tenemos la oportunidad de participar en el periodismo local independiente tenemos la responsabilidad de ser críticos y vigilantes objetivos de cada paso que dé el nuevo gobierno; es decir, de dejar los aplausos para sus seguidores o porras, y de ejercer desde nuestra trinchera la función social a la que el periodismo nos obliga.— Edimburgo, Reino Unido.

 

 

asalgadoborge@gmail.com

@asalgadoborge

Antonio Salgado Borge

Candidato a doctor en Filosofía (Universidad de Edimburgo). Maestro en Filosofía (Universidad de Edimburgo) y maestro en Estudios Humanísticos (ITESM)

 

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