Sandra es una adolescente de 17 años, está acusada de homicidio y secuestro. Antes de estar en el Centro de internamiento de Villahermosa, ingresó a un grupo de crimen organizado. Fue ‘halcón’ y también participó en secuestro. “Una persona que era de los Zetas me ofreció trabajar de ‘halcón’ (vigilante), después fui jefa de los ‘halcones’, y al final me pasaron a secuestros, levantones y a ejecutar a los secuestrados. Mi grupo era de 53 personas. Me agarraron en el último secuestro cuando iba por el rescate”, señala.
El Informe Especial Adolescentes: Vulnerabilidad y Violencia, de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), dado a conocer éste mismo año, advierte que en el país actualmente hay jóvenes de 16 años que han alcanzado el grado de capos del crimen organizado, sus funciones no están limitadas a ser sicarios, ‘mulas’ o ‘halcones’.
El reporte se hizo en 17 entidades del país, entre ellas Tabasco, donde se entrevistó a 44 adolescentes internos, cuyas edades van de 14 a 17 años. De acuerdo a este estudio, el 35 por ciento de los 730 menores de todo el país que fueron entrevistados cometieron homicidios, violaciones, secuestros y robos vinculados al crimen organizado.
Según las estadísticas, el 18% formaron parte del crimen organizdo, 32% participó en pandillas, y 34% cometió actos delictivos de forma individual. Otra adolescente de Tabasco, cuyo testimonio se plasma en el Informe, reconoce su participación con el Cártel del Golfo, y dice que su principal actividad era secuestrar y ejecutar, y lo hacía con un grupo de 17 personas.
“Al prinicipio vendía droga, después me subieron a ‘halcón’ y jefa de puntos (supervisar la venta en distintos lugares de la ciudad). Al final, me volví jefa de secuestros, ahí me tocaba levantar, cuidar y negociar los rescates. Me agarraron en la casa de seguridad con dos secuestrados.
En el grupo participaban ex policías y ex soldados”, relata. Entre los rasgos que caracterizan los delitos y las motivaciones de los adolescentes entrevistados, y que formaban parte de grupos de la delincuencia organizada, se hallan los siguientes: Existe el deseo de imitar un estilo de vida que los adolescentes han podido observar en su en torno, y que incluye: armas, autos, alcohol, drogas, sensación de poder y otros lujos y excesos a los que consideran que sólo pueden acceder uniéndose a esos grupos.
Algunos han normalizado la pertenencia a esos grupos como resultado de haber crecido y convivido de manera cotidiana con una familia que formaba parte de los mismos. El informe destacó que 57 por ciento de los jóvenes fueron torturados durante su aprehensión y traslado, principalmente por policías municipales, estatales, marinos, militares y policías federales.
Además los jóvenes afirmaron, en 62 por ciento de los casos, provenir de padres separados y 22 por ciento no conocer a su padre. En el Centro de Internamiento de Villahermosa hay 95 internos, de los cuales 35 son por robo con violencia o calificado, 26 por homicidio, 1 porportación de arma prohibida, 3 por secuestro, 7 por robo de vehículo, 2 por delitos contra la salud, y 13 por violación, entre otros delitos.
Tutelar, reprobado en Tabasco
De las 17 entidades en las que se evaluó a los centros de internamiento, Tabasco se ubica dentro de los tres últimos lugares. En el estudio se analizaron cinco criterios, entre ellos: El programa de trabajo en cuanto al enfoque, sus objetivos, la cobertura y la calidad de las actividades que imparte, entre otros. En la evaluación, Chihuaha, Baja California y Tabasco fueron las que obtuvieron la menor calificación, que fue 4. No obstante las condiciones de vida que han tenido dentro y fuera del internamiento, el 88% de los adolescentes internos desearía salir para trabajar, estudiar y poder estar con su familia. Sólo 1% refirió que quisiera salir para seguir vendiendo drogas y robar.