A 20 días de que tome posesión como presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador decidió tomarse un fin de semana en las playas de Campeche, sin conceder audiencia, y dedicado a disfrutar de la comida y del mar, y a reflexionar sobre las acciones con las que iniciará su Gobierno.
Sin más guardaespaldas que el personal del Hotel Siho Playa, donde se hospedó junto con su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, y su hijo menor, Jesús Ernesto López Gutiérrez, el presidente electo desayunó en familia, y posteriormente regresó a su habitación presuntamente a redactar, bajo la inspiración de la brisa campechana, parte del texto que leerá en su toma de posesión el próximo 1 de diciembre.
Atendido personalmente por Luis Héctor González, el dueño del hotel, a quien conoce desde hace muchos años, López Obrador recorrió parte de la playa, y descansó en una de las palapas del lugar junto con su familia.
En los alrededores del hotel se reforzó la seguridad para evitar la llegada de fotógrafos o admiradores, aunque trascendió que el propio presidente electo instruyó a sus colaboradores para que no le agendaran ninguna actividad, ni informaran a nadie dónde se hospedaría, y cuáles serían sus actividades.
Afecto a las redes sociales, López Obrador no “subió” este sábado ninguna fotografía de sus actividades privadas ni en Twitter ni en Facebook. Tampoco su esposa recurrió a la tecnología informativa en las últimas horas.
Este domingo, López Obrador continuará con sus actividades privadas, aunque se espera que por la noche se trasladará por vía terrestre a Mérida, Yucatán, donde mañana encabezará una reunión con los gobernadores de la región para continuar con el análisis del proyecto del Tren Maya.