Desde la tercera semana de marzo hasta la tercera semana de octubre se presentan las más elevadas temperaturas en Yucatán, por lo que se deben tomar precauciones para evitar daños a la salud.
El Departamento de Vigilancia Epidemiológica de la Secretaría de Salud de Yucatán señala que durante esta temporada de calor, los daños a la salud más frecuentes son: enfermedades transmitidas por agua y alimentos, como el cólera; golpe de calor, agotamiento por calor, quemadura solar y enfermedades gastrointestinales, estas últimas se incrementan durante esta época por el consumo de alimentos contaminados.
Desde el año 2000 se tiene seguimiento de los efectos a la salud por temperaturas extremas (calor y frío) y se llevan a cabo campañas preventivas con el objetivo de reducir los riesgos y daños a la salud de la población por diarrea, cólera y temperaturas extremas.
En primavera y verano, la temperatura ambiental en varias poblaciones de México oscila entre los 30 y 50 º C, situación que representa un riesgo para la población. En este tenor, las zonas con mayores temperaturas corresponden principalmente a la costa del Pacífico y península de Yucatán.
Los grupos más vulnerables a una afectación por el calor son las niñas y niños menores de 6 años, los adultos mayores de 65 años de edad, además de personas con sobrepeso, deshidratadas, con problemas en las glándulas sudoríparas, con enfermedades del corazón, o si están bajo algún tratamiento médico, que usan demasiada ropa o que consumen alcohol.
Las recomendaciones de la dependencia para esta temporada de calor son: elegir las primeras horas del día para llevar a cabo las actividades al aire libre y las deportivas, así como evitar la exposición al sol o hacer actividades físicas durante las horas de mayor radiación entre 11:00 y 16:00 hrs.
Además, se recomienda aumentar el consumo de líquidos, de preferencia agua, vestir ropa ligera y de color blanco, utilizar sombrero o sombrilla para protegerse del sol.
Para evitar enfermedades diarreicas se recomienda el lavado de manos antes de comer y después de ir al baño; lavar con agua y jabón y desinfectar con cloro o plata coloidal, frutas y verduras que se consuman crudas.
Consumir agua clorada, hervida o desinfectada; consumir los alimentos inmediatamente después de su preparación para evitar su descomposición.
Además, nunca se debe permanecer dentro de un vehículo cerrado por tiempos prolongados.