martes , 13 mayo 2025
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Los fuegos artificiales del Va y Ven

Roger González Herrera (*)

Fuente: Diario de Yucatán

“No te deshagas de una cerca hasta que sepas por qué se puso ahí”. La frase anterior hace alusión a la metáfora que suele atribuirse al escritor británico G.K. Chesterton y al principio que sugiere que no se debe destruir algo o cambiar una regla antes de entender por qué se creó.

En otras palabras, antes de derribar una valla es necesario entender por qué se levantó, es fundamental conocer el contexto y su utilidad, realizar un estudio previo y detenerse a reflexionar antes de realizar cambios, para evitar errores y sus posibles consecuencias negativas.

La teoría anterior aplica a la perfección respecto al tema del sistema de transporte público Va y Ven, que ha recibido serios cuestionamientos por parte de la administración estatal que preside el gobernador Joaquín Díaz Mena.

Lo que se puede deducir de la narrativa oficial es que el Va y Ven se aprovechó para crear una red de corrupción con concesiones, contratos a modo y servicios y productos a sobreprecio para beneficio de empresarios, operadores y personajes (¿socios?) cercanos al ex gobernador Mauricio Vila Dosal.

Todo lo cual, se informó por parte del Director de la Agencia de Transporte de Yucatán (ATY), Jacinto Sosa Novelo, sin dar nombres, lo cual podría explicarse por la secrecía a la que obliga toda investigación de fondos públicos y del “debido proceso”.

Sin embargo, una vez tirada la piedra, solo le queda llegar al fondo del asunto para despejar dudas, solucionar problemas, mejorar el servicio y poner las denuncias correspondientes, así sea contra el ex gobernador Vila Dosal y el antecesor de Jacinto Sosa en la ATY, Rafael Hernández Kotasek, y esperar que las autoridades judiciales castiguen a los culpables.

Pero la cerca no se debe tirar, es decir, no se debe desmantelar el sistema Va y Ven, que tiene muchos aspectos positivos y que representa el primer intento de modernización del transporte público de Yucatán, lo cual no fue un “capricho” de la anterior administración estatal, como erróneamente acusó Sosa Novelo, pues las unidades nuevas, incluyendo las híbridas del Ie-Tram, cuentan con aire acondicionado, son confortables y ofrecen servicios de accesibilidad universal para personas con discapacidad visual o motriz y sustituyen a los camiones viejos y oxidados del transporte público que, durante muchas décadas han padecido los yucatecos, unidades a las que les fallaba todo, incluyendo los frenos y que solían incendiarse en determinadas épocas del año.

“Huacho” Díaz Mena y Sosa Novelo deben dejar atrás sus fobias y tener altura de miras para continuar con la modernización del transporte público en Yucatán y no evadir preguntas simples, como aquella relacionada con cuánto se gastó en el cambio de color de las unidades del Va y Ven.

Recordemos que, al principio del actual gobierno, a decenas de camiones les quitaron el azul panista y les pusieron el guinda morenista. Si hay seriedad en el asunto, se debe contestar con datos y cifras certeras las interrogantes y reconocer, en su caso, que fue un gasto innecesario.

Por otra parte, según el diputado panista Álvaro Cetina Puerto, el gobierno anterior, de extracción panista, dejó un plan de ingresos de más de 4 mil millones de pesos, no solo en el pago de las tarifas de transporte, sino también en verificaciones, publicidad y derechos. Si existe ese plan de negocios, obviamente no existe el déficit que señala Sosa Novelo. Por tanto, éste debe explicar por qué motivo no se sigue dicho plan heredado por Rafael Hernández Kotasek.

Así también, el expanista originario de Valladolid debe explicar por qué en los 8 meses de la administración morenista no se han creado nuevas rutas del Va y Ven, ni adquirido nuevas unidades y también debe dar a conocer cuánto se ha obtenido de ingresos propios en dicho período.

Los fuegos artificiales que desencadenó Jacinto Sosa Novelo son espectaculares, pero pueden ser una trampa mortal para la actual administración estatal y eso lo debe tener en cuenta el gobernador Díaz Mena, porque, si no se comprueba (y se castiga) esa red de corrupción, esos “negocios particulares” y “arreglos” para “privatizar las utilidades y socializar los gastos” (usando la narrativa de izquierda), sumado al deterioro de un servicio que pintaba bonito, de primer mundo y accesible para todos, puede costarle a Morena muy caro. Algo así como “debut y despedida” en el gobierno del Estado.

Lo dejo de tarea.— Mérida, Yucatán.

rogergonzalezherrera@yahoo.com.mx

(*) Profesor

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