El investigador Sergio Grosjean junto a su equipo de exploración descubrieron dos cuevas con pinturas rupestres, en Homún, Yucatán.
Las pinturas fueron encontradas a 11 metros de profundidad en esas cuevas; mismas que entre una y otra se encuentran a cerca de 100 metros de distancia.
Una de las figuras descubiertas es una carita que los investigadores del INAH creen que es una forma de medir el tiempo; otra hipótesis es que reflejan rituales para contar historias sobre cacería; cosechas de maíz o miel, entre otras teorías más.
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