viernes , 26 julio 2024
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Campo de Marte o Parque de la Fraternidad

  • SURGIDA EN ROMA, LA IDEA DE ESTA CONSTRUCCIÓN LLEGÓ A TODO EL MUNDO
  • La Historia de la construcción en La Habana

Por: Franck Fernández Estrada(*)

Fuente: Diario de Yucatán

Campos de Marte hay muchos en el planeta. La idea viene de la antigua Roma, donde existía un gran parque dedicado al dios Marte. Allí venían los guerreros de la capital del imperio para realizar sus prácticas y ejercicios. Pasados varios siglos, Madame de Pompadour, la amante y consejera de Luis XV, rey de Francia, quiso que se construyera al oeste de París, en aquella época el campo lejano, un nuevo Campo de Marte, dedicado a festividades y reuniones públicas. Al mismo tiempo se construyó la Escuela Militar, que es el hermoso edificio que vemos detrás del alfombrado de césped verde del Campo de Marte en las hermosas fotografías que vemos de París, teniendo como primer plano la Torre Eiffel.

Para poderlo lograr porque, como era habitual, las arcas del rey estaban vacías, era necesario dinero. Por consejos de Giacomo Casanova, el famoso conquistador de corazones, la Pompadour pudo sufragar Campo de Marte y Escuela Militar fundando la aún existente Lotería de Francia. Bastaba que París tuviera su Campo de Marte para que otras importantes ciudades del mundo quisieran tener también el suyo, después de todo, París nunca ha dejado de dictar la moda y las buenas ideas.

Hay un Campo de Marte, que aún mantiene su nombre, en San Petersburgo. Este parque, bastante grande, está sembrado con lilas que con sus blancos, violetas y parmas colores embriagan con su delicioso aroma toda la zona.

Por no ser menos, La Habana también quería tener su Campo de Marte. Después de todo La Habana, ya para la fecha de finales del siglo XVIII, era una pujante ciudad que poco tenía que envidiar a muchas que, hoy en día, son grandes ciudades europeas y del resto de América. Fue para el año 1790, que la mayor autoridad de la isla, el Capitán General Felipe de Fonsdeviela, marqués de la Torre, emprendería los trabajos de acondicionamiento de este terreno, insalubre hasta ese momento, con la intención de que, al igual que los otros Campos de Marte, allí pudieran los militares realizar sus ejercicios y desfiles. El trabajo se le encargó a Agustin Cramer, arquitecto paisajista belga y fue terminado en 1793, a tan solo 28 años después de la creación de su homólogo parisino. Más tarde, el Capitán General Miguel Tacón, el mismo del famoso Teatro Tacón frente a la Avenida de Paula, beneficiándose del derrumbe de las murallas que circunscribían la ciudad, creó las primeras calles dentro del parque. Todo el polígono fue adornado con una gran reja de hierro.

En algún momento incluso se quiso instalar en este lugar un parque zoológico. Para el primer periodo de Gerardo Machado como presidente en este sitio se habían acondicionado fuentes y jardines. Fue el muy famoso ciclón de 1926 el que le dio un fuerte golpe al proyecto que tenía como finalidad aumentar la gloria del Campo de Marte.

Paralelamente, el día de la creación de la República de Cuba el 20 de mayo de 1902, en el entonces elegante barrio de El Cerro, se había sembrado una ceiba para conmemorar aquel importante evento. La ceiba es un árbol sagrado para más de una religión. Cuando los negros africanos fueron traídos a Cuba en calidad de esclavos, al sincretizar sus creencias de allende el Atlántico, reconocieron en la ceiba el baobab, árbol sagrado allá en África. También para la cultura maya es un árbol mágico, es el punto de encuentro entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos.

Pues bien, el 24 de febrero del año 1928 aquella ceiba sembrada en El Cerro en 1902 fue traída al Campo de Marte para conmemorar la Sexta Conferencia Panamericana. Sí, en este año se celebró en La Habana esta Conferencia Panamericana. Ya Machado había creado el Plan Director de la ciudad con el fin de modernizar la capital y llevarla al top de la lista de las más importantes ciudades del continente. Para ello fue encargado el paisajista y arquitecto francés, Jean-Claude Nicolas Forestier, quien decidió, a la luz de las nuevas avenidas que se abrían alrededor de este Campo de Marte, crear calles en su interior, formando lotes, algunos más grandes que otros, con jardines y espacios para el descanso. El principal de estos lotes, el central, fue el seleccionado para replantar esta ceiba de la que les he hablado. Fue abonada con tierra de todos los países del continente americano independientes para la fecha. Se rodeó esta ceiba, hoy en día centenaria, con una hermosa verja de bronce.

A partir de 1959, como casi todo lo que ocurrió en el país, el rebautizado desde 1928 Parque de la Fraternidad Panamericana languideció a falta de atención, cuidados y mantenimiento. Durante el periodo especial, dolorosamente recordado, la desatención del Parque de la Fraternidad fue aún mayor, siendo solamente el Doctor Eusebio Leal quien devolvió decoro al histórico y emblemático lugar. Al día de hoy sigue siendo un lugar abandonado. Incluso dos ramas de árboles han caído por falta de prevención y casi han producido accidentes entre los transeúntes. Ahí se encuentra hoy en día el Campo de Marte, o más conocido como Parque de la Fraternidad, que es lugar de partida de algunas de las rutas de transporte público de la capital cubana y por las noches sitio de “cruissing” de la comunidad gay.

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(*)Traductor, intérprete y  filólogo,  correo electrónico: altus@sureste.com

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