Tal como sucediera el pasado mes de abril, en que se votó y rechazó por primera vez el matrimonio igualitario, con 9 votos a favor y 15 en contra, el Congreso del Estados rechazó nuevamente esta iniciativa, con el mismo número exacto que en aquella ocasión: 9 votos a favor y 15 en contra.
Con este nuevo rechazo, la iniciativa de reformas a la Constitución del Estado ya no podrá ser turnada de nuevo a comisiones, por lo que se da por concluida, lo que hace necesario presentar una nueva reforma para iniciar un nuevo proceso legislativo.
La negativa de los legisladores provocó reacciones en contra suya por parte de los activistas, que se encontraban en el recinto desde antes de comenzar la sesión, y quienes estuvieron gritando consignas a favor de la aprobación a las reformas que permitirían el matrimonio igualitario, y gritaron “cobardes” a los legisladores al darse por denegada la tan esperada aprobación de esta iniciativa.
El rechazo de esta iniciativa va directamente en contra de los derechos humanos, pues no es asunto de religión, sino de los derechos de igualdad contenidos en nuestra Constitución Federal, y los Congresos locales deberían aprobarla, y al rechazar tan abiertamente esta iniciativa, el congreso local cae en desacato.
Al igual que en la sesión del mes de abril, cuando los legisladores rechazaron la iniciativa, el voto se emitió de manera secreta, como sucedió en el día de hoy en una actitud totalmente antidemocrática, al votar por cédulas.