jueves , 28 marzo 2024

¿Dónde están 2.5 mil millones que Pemex, SEP, Lotenal, ISSSTE e IMSS dieron a sindicatos de 2010 a 2014?

(SinEmbargo).– El fin de semana, el Miami Herald dio a conocer que el ex presidente de la Comisión Ejecutiva del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y actual Diputado por el Partido Nueva Alianza (Panal), José Bernardo Quezada Salas, gastó con su esposa 6.3 millones de dólares en la compra de 11 condominios de lujo en un edificio de la exclusiva zona de Brickkell, en Miami, en 2005.

Quezada Salas podría haber pagado en efectivo. Las ofertas de compra se realizaron a través de diversas empresas de Florida que pertenecen a sus familiares.

Un año antes, la esposa del legislador del Panal, Jessica Peredo Rincón, habría pagado otra fuerte suma, 1.1 millones de dólares, por otro lujoso departamento en el edificio Setai en South Beach. En 2008, la pareja adquirió otro condominio del Sunny Isles Beach, éste por una suma de 848 mil dólares.

Con sus 11 departamentos, Quezada Salas y su familia tienen el control del 10 por ciento de los 116 condominios de lujo que alberga un exclusivo edificio ubicado en el número 1395 de la glamorosa avenida Brickell en Miami, de acuerdo con el diario.

Ni el Gobierno federal, ni el sindicato, ni la Procuraduría General de la República (PGR), ni el mismo diputado abrieron la boca. No sorprende. Los sindicatos mismos son una caverna oscura y maloliente desde hace años.

Más de 2 mil 500 millones de pesos (mdp) de recursos públicos, cuyo paradero es desconocido, fueron entregados por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE), la Lotería Nacional (Lotenal), la Secretaría de Educación Pública (SEP) y Petróleos Mexicanos (Pemex) a sus sindicatos entre 2010 y 2014.

Esta Unidad de Datos calculó el flujo de dinero a esos cinco sindicatos en ese periodo de modificación del poder presidencial a partir de solicitudes de información, revisión de contratos colectivos de trabajo y el portal de datos abiertos que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) tiene en Internet.

Imperturbables, cobijados en su historia de batallas y conquistas, los sindicatos mexicanos lograron resistirse a la Transparencia incluso frente a sus propios afiliados que contribuían con sus cuotas a los millones de sus arcas. Pero el 5 de mayo, tienen otro panorama por lo menos en la letra legal. Con la entrada en vigor de la Ley General de Transparencia, estarán obligados a detallar sus cuentas en sus portales cibernéticos y ante el INAI.

Pero, ¿y lo de antes? Por ahora, el dinero público que se les entregó durante décadas se encuentra en el limbo. La historia de José Bernardo Quezada corresponde a ese pasado, cuando al SNTE era dirigido por Elba Esther Gordillo y poco se conocía de lo que la Secretaría de Educación Pública (SEP) le entregaba y cómo lo gastaba. En febrero de 2013, cuando la ex dirigente fue detenida por delitos relacionados con el lavado de dinero, el sindicato ofreció una conversión a los datos abiertos. Dirigido por Juan Díaz de la Torre montó un Observatorio Público de Transparencia e Información (OPTINSTE) y en septiembre pasado, para acatar las disposiciones de la nueva Ley General de Transparencia, firmó un acuerdo con el Instituto Nacional de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales (INAI).

Pero ese observatorio aún no muestra el flujo que recibió durante el Gobierno de Felipe Calderón (2006-2012), ni mucho menos en el de Vicente Fox (2000-2006). Lo que puede observarse en sus números es que pagó 37 mdp a Televisa en 2013 para la difusión de la Reforma Educativa de 150 que recibió. También que, en 2014, obtuvo 200 mdp que hasta ahora no ha ejercido.

En el periodo sobre el que esta unidad pidió datos, años que abarcan la última parte del Gobierno de Felipe Calderón Hinojosa y la primera de Enrique Peña Nieto, las agrupaciones gremiales del país emprendieron una ardua batalla legal para resistirse a la Transparencia y Rendición de Cuentas. Sólo en ese periodo, el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) cuyo líder es el senador priista Çarlos Romero Deschamps, promovió unas 47 demandas de amparo en contra de peticionarios ante el INAI (antes IFAI) para que Petróleos Mexicanos (Pemex) no brindara ninguna información sobre el dinero que le entregaba.

En 2012, al calor del debate de la reforma laboral, los sindicatos lograron desechar una iniciativa en el Congreso de la Unión que obligaba a los líderes de agrupaciones de más de 150 miembros a informar sobre lo que hacían con el dinero público; además de auditorías periódicas. Ahora, las cosas pueden cambiar.

Esta unidad, atenida a la vieja legislación, obtuvo que el Gobierno de Felipe Calderón le dio más dinero a los sindicatos del IMSS (el dirigente nacional es Manuel Vallejo Barragán), el ISSSTE (el presidente sindical es Luis Miguel Victoria Ranfla), la Lotenal (el dirigente sindical es Armando Valente Juárez) en su último año de Gobierno que el de Enrique Peña Nieto en el primero. En 2012, cuando el Presidente que impulsó la política contra el crimen organizado vivía sus últimos meses en Los Pinos, esas organizaciones completaron unos 326.8 millones de pesos. En diciembre de ese año, asumió Enrique Peña Nieto como Presidente de la República. Al concluir 2013, su primer año de gestión, esos sindicatos recibieron 301.9. mdp.

El IMSS, de acuerdo con la firma de análisis Consultores Internacionales, se encuentra en quiebra técnica desde los años calderonistas. En el presente, trabaja con déficit y la consultora prevé que los fondos provisionales se agoten este año. Por su parte, en los agobios a la salud financiera, aparece el ISSSTE que aunque el director general, Luis Antonio Godina Herrera, niegue la quiebra, es difícil no notar el peso de los 4.8 billones de pesos de pasivos laborales en sus cuentas públicas. Y la Lotería Nacional sobrevive en su mar de deudas y pérdidas que según la Secretaría de Hacienda en 2013, sumaron poco más de 50 millones.

Si con esos sindicatos descendió, el flujo de dinero aumentó al cambiar el Gobierno en el caso del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana. Pemex, en el último año calderonista, le dio al sindicato dirigido por Carlos Romero Deschamps, 179. 4 mdp, cifra que se incrementó después de que Enrique Peña Nieto tomara posesión a 237.2 mdp, un número que puede ser más grande si se toma en cuenta que el sindicato no reportó en su contrato colectivo respectivo el concepto de la celebración del Desfile del 1 de mayo, como sí lo hizo en ejercicios anteriores.

En el universo laboral de México, Petróleos Mexicanos (Pemex) parece una república independiente: beneficios como ayudas para rehabilitación en alcoholismo y drogadicción, cirugías estéticas, bonos en miles de pesos por asistir a trabajar, la posibilidad de crear empresas para brindar servicios a la misma paraestatal, además de viajes, becas, servicios médicos y equipos deportivos. El contrato colectivo de los petroleros mexicanos es un modelo de conquistas laborales en el mundo. Pero sus sombras se imponen: es también el eje del poderío de su dirigente.

Romero Deschamps, quien dirige a los petroleros, vive en un departamento de lujo y posee un yate ahora mismo anclado en Cancún, Quintana Roo, cuyo valor es de tres millones de dólares. Es el obrero mexicano que aparece en el Senado de la República con un reloj Audemars Piguet Royal Oak, de 18 kilates, de unos 400 mil dólares. De la crónica de la vida de lujo del dirigente y su familia también han dado cuenta las redes sociales. Fue en Facebook donde su hija, Paulina, publicó sus fotos en aviones privados, acompañada de sus perros. Y en Twitter, se le dio vuelo al Ferrari Enzo que tuvo por un cumpleaños, el otro vástago, José Carlos.

Desmantelar al contrato de los petroleros sindicalizados significaría destruir el instrumento político, económico y social del dirigente. Por eso se entiende que en el debate de la Reforma Energética, el hombre fuerte de los petroleros haya pasado una madrugada en el intento de defenderlo ante los legisladores. Lo salvó, como siempre. Y, otra vez, dijo que en su persona los petroleros tendrían por siempre a “un luchador incansable de sus derechos”.

Así, en noviembre de 2015, a partir del del Contrato Colectivo de Trabajo, la petrolera nacional logró negociar con el sindicato petrolero un acuerdo para reducir el pasivo laboral que la ahogaba. El impacto de este acuerdo se verá en 2055 cuando la empresa aún deberá erogar cerca de 292 mil mdp al año para el pago de las pensiones de sus trabajadores, pero a partir de entonces el costo anual se reducirá hasta llegar a cero en 2108.

Los millones de pesos recibidos en los años pasados superan con creces el dinero público federal que tuvo en el mismo lapso por subsidio, otra institución pública mexicana: la Escuela Rural Normal Superior Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero, ahora en el corazón de los debates tanto sociales como económicos, dada la desaparición forzada de 43 de sus estudiantes.

Con presentación de proyectos en concursos, esa escuela del municipio de Tixtla, Guerrero, no alcanzó en ese lustro ni dos millones de pesos del Programa Profesional Docente, antes Programa de Mejoramiento Institucional de las Escuelas Normales Públicas (Promin), según datos de la misma institución y del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

El monto es cinco veces esos 500 millones de pesos que en 2000, desvió el Sindicato de Petroleros para financiar la campaña del candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Francisco Labastida Ochoa, quien contendió con Vicente Fox Quesada del PAN y Cuauhtémoc Cárdenas del PRD; el episodio conocido como “Pemexgate” y que pasó a la historia como uno de los mayores desfalcos de las arcas del Estado.

***
Las instituciones públicas lo dieron, los sindicatos lo recibieron y no se supo jamás a dónde fue a parar. En ese periodo, que abarca el último bienio del Gobierno de Felipe Calderón Hinojosa y el primero de Enrique Peña Nieto, el dinero de los sindicatos no fue al mismo ritmo que la tasa de sindicalización, la cual disminuyó de 10.6 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) a 8.8, de acuerdo con la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (SYyPS). Se trata de uno de los descensos más drásticos en la historia del sindicalismo mexicano.

Parte del flujo se fue en una constante: las celebraciones. Los onomásticos por los que más pidieron dinero los sindicatos fueron el Día del amor y la Amistad, el Día del Glosador, el Día del Empleado de Contabilidad, el Día del Empleado de Mantenimiento, el Día del Empleado de Transportes, el Día del Niño, el Desfile del 1 de mayo, el Día de las Madres y el Día del Maestro.

El sindicato de la Lotería Nacional es el que tiene más onomásticos listados (algunos no son específicos en sus conceptos). De su lista de 26 razones para pedir dinero, 11 son para celebrar días marcados en el calendario. Entonces, sólo para celebraciones juntó más de 6.6 millones de pesos entre 2010 y 2014.

En este ejercicio también se puso bajo la lupa al Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM), dirigido por Víctor Fuentes, pero sus datos no permiten la aproximación. Un documento del INAI (antes IFAI) reveló que de 2008 a 2010 la Comisión Federal de Electricidad (CFE) le entregó a esa agrupación, 22 mil 928 millones 207mil 652 pesos. Para conocer lo otorgado entre 2010 y 2012 se buscó el contrato colectivo de trabajo en la información institucional del sindicato, pero no fue localizado. El de 2012 a 2014 indica que dentro de los primeros 30 días de cada año y mediante el recibo correspondiente, la CFE le debió entregar 10 millones de pesos para un fondo de ahorro para préstamos de los trabajadores con el compromiso de regresarlos el 15 de diciembre de cada año.

Fuente: SinEmbargo

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