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Piden que cese el engaño, la simulación y el contubernio

  • Marchan del Monumento a la Madre a la Victoria Alada.
  • Son ineptos, no saben hacer su trabajo: Raúl Vera.

Sara Lovera

SemMéxico, Ciudad de México, 10 de mayo del 2023.- Con una sola voz las madres de las y los desaparecidos, de 10 entidades del país, hablaron esta mañana de vivir con el gobierno de la cuatro t, el mismo engaño, la simulación y el contubernio que sucedía “antes”, así dijeron al menos 30 oradoras al pie de la Victoria Alada, luego de llegar ahí marchando desde el monumento a la Madre.

Eran cientos de mujeres, y algunos hombres en su 12 Marcha de la Dignidad Nacional: Madres Buscando a sus Hijos e Hijas, al llegar a la Victoria Alada, al pie del monumento, una a una hablaron de sus historias, del pico y el palo que les dan en las comisiones de búsqueda, “en lugar de encontrarlas”; de la falta de interés y desprecio al diálogo; de las sospecha de complicidad del gobierno con el crimen, de secuestros a niñas de madres en situación de calle; de las amenazas y de sus propias asesinadas en el proceso de búsqueda.

Ahí el obispo emérito de Saltillo, Raúl Vera -solidario año con año desde hace 12- les explicó que cada una escenifica, con la desaparición de un hijo, una hija, un hermano o una hermana, una situación que altera su vida, su tranquilidad, y a veces su salud, pero eso, dijo, es parte de una estrategia bien pensada desde el poder para controlarlas, para que no se den cuenta de lo que pasa en todo el país.

“Es que este gobierno es un gobierno de ineptos, incapaces de aceptar que no saben de gobernanza, ni de hacer bien su trabajo…sí son ineptos y no aceptan que se equivocan”.

Menos saben de dolor y solidaridad. Sólo tienen intereses políticos.

Las oradoras, también una a una, ratificaron que seguirán buscando, denunciando e investigando el paradero de a quienes más han querido y les hacen falta.

También seguirán exigiendo justicia y que cese la simulación.

“Nos dijeron que eso era antes, pero es ahora” y “nos ofrecieron un cambio y ese cambio es para atrás”, dijo María Herrera Magdaleno, buscadora de sus cuatro hijos desparecidos en Michoacán.

“Nos engañaron, nos mintieron, hay más pobres, no hay medicinas y no sirven sus agentes de seguridad”.

Norma Andrade que vive en México “porque me dieron 5 balazos”, pidió permiso para hablar, porque a su hija la mataron hace 22 años en Ciudad Juárez, luego de secuestrarla.

“Fue primero desaparecida y fue un feminicidio”, dijo.

Los agresores de su hija Alejandra, siguen libres. Y este gobierno “fabricó un culpable”, que tiene 5 años detenido, pero a quien no le han hecho la prueba del ADN. Tiene 5 años sin sentencia, mientras -todos los saben- el asesino de Alejandra tiene nombre y apellido, pero goza de influyentismo y nadie lo toca.

Nadie dejó de hablar

En las escalinatas, bajo el sol, durante más de dos horas, luego del recorrido de otra hora, nadie se movió hasta que empezó a llover. Nadie abandonó su cartel, su manta, el retrato de su hija, ni se apañó en el discurso, nadie, todas pudieron expresarse, a cada una le dio la palabra, durante todo el tiempo, bajo el sol, Tania Ramírez, nieta de una de las mujeres que acompañaron en su lucha a Rosario Ibarra de Piedra, las famosas “doñas”.

Estuvo emocionada, ella les dio la bienvenida, dijo que llegar a estas calles de la ciudad, dignifica a la capital; entre varias madres se leyó un posicionamiento en el que exigieron a las autoridades verdad, justicia, investigaciones diligentes, compromiso para buscar a sus hijas e hijos y hablaron de la desilusión de este gobierno.

No faltó la representante de la Glorieta de las y los Desaparecidos -antes la palma- para pedir a la audiencia que se sumen a su lucha, porque decidieron que esa glorieta sea la memoria de las y los desaparecidos, la memoria necesaria.

Denunció que no hay diálogo con la jefa del gobierno, que no hay forma de conseguir el respeto para sus seres queridos, que no se entiende porque la fobia por la memoria de quienes han sido víctimas de desaparición y de violencia.

Es hora “basta”

Adriana Cruz, de Oaxaca busca a su hermano desde hace 2 años, la Red de Familias de Migrantes se hizo presente para denunciar que también ahí hay desapariciones, de las que se tiene que hacer cargo Andrés Manuel López Obrador.

43+40= a 83

La oradora de las madres migrantes, habló de la masacre de Camargo en 2020 y pidió sumar en este gobierno a 40 que perdieron la vida en una estación migratoria, por lo que “nos hacen falta 43 y 40 más”, “esta es la negra historia de México”, sostuvo.

También de Centro América, otra María, exigió que cese el crimen de lesa humanidad que se cierne en migrantes, hombres y mujeres, “sometidos por las fuerzas castrenses”, y señaló que fue una farsa la invitación de este gobierno para “perdonar y no olvidar”, cuando se escamotea la justicia y el signo es la impunidad y remató: “perdonar nunca y olvidar jamás”.

Hay violencia institucional, eran las consignas entre el público. Y repetidamente, esa que significó a Rosario Ibarra, “vivas, vivos los llevaron, vivos los queremos”, como si el tiempo se hubiera detenido en 1971, más de 50 años después.

Con una inmensa manta, se presentó un hombre, para hablar -se le quebró la voz- cuando dijo que su hijo, joven militar había desaparecido y cómo en la carretera de Acapulco, los escoltas -dos marinos- desaparecieron cuando trasladaban al senador José Narro Céspedes, por lo que dijo que los familiares de militares también se han organizado y buscan por todo el país a quienes han desaparecido.

Y siguieron, Rosalba Rodríguez Flores, denunció que el DIF de la Ciudad de México, se llevó a su nieta hace dos años. “yo creo que, por ser pobre, ignorante y en situación de calle”. Llegó ahí, se animó “nunca he hablado en público” y menos marchado, pero “es hora de hablar de las mujeres en situación de calle, maltratadas, vejadas, y de muchas a quienes la autoridad les ha quitado a sus hijos e hijas”. Ella pidió a su nieta, y dijo que una y otra vez la ha reclamado, que ha tocado puertas inútilmente.

La lista sigue, se copia, se suman historias semejantes, dolores en cadena en toda la narrativa de estas mexicanas que decidieron que el 10 de mayo ha sido una fecha significativa, para hablar de su maternidad truncada, una asumida como parte de su vida. La que habló más fuerte y desesperada, era de Jalisco, que, al unísono con Raúl Vera, gritó, “si son unos ineptos”, para señalar que Jalisco tiene el primer lugar en fosas clandestinas, que la población se enfrenta a uno de los cárteles más “sanguinarios”, que ya no es el estado del Tequila y los Charros.

“Avanza el miedo, porque nos chingaron la vida, no puede ser que esto siga, no podemos año tras año venir a llorar, ni vivir un sufrimiento constante”

“Debemos salir de este estado de muerte, hacer algo, juntas todas, hacer algo definitivo y extraordinario”.

José Luis Castillo, de Ciudad Juárez, quien perdió a su hija hace 14 años, dijo ahí, “hay que llevar todos los casos, la omisión del gobierno mexicano a la Comisión Interamericana de los Derechos Humano. ¡Basta!”

ONU presente

Casi había pasado hora y media. Entre la gente desde la mitad del camino entre el monumento a la madre hasta la Victoria Alada, una decena de hombres y mujeres con un chaleco azul de la ONU, iban acercándose a la gente o escuchando. Provocados por una madre de Guerrero, porque les dijo “y ustedes además de ofrecer una recomendación, qué hacen”.

Casi al término del mitin, Jesús Peña Palacios, representante en México de ONU Derechos Humanos, habló, lento y bien, del sentido de la Carta de DH de las Naciones Unidas, de la importancia de la defensa de sus derechos y de su solidaridad con la causa de las madres buscadoras. Estuvo acompañado de Belén Sanz, representante de ONU Mujeres y Alanna Armitige.

Hace unos días, ya con Peña Palacios en Derechos Humanos y la agencia contra la Desaparición Forzada, envió recriminaciones, recordatorios y llamados al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, entre otras cosas, por la violación a los derechos humanos de las personas discapacitadas, niños, niñas y adolescentes y por la desaparición sin justicia de Jonathan Mendoza Berrospe en Veracruz.

Hubo grupos de madres de desaparecidos y desaparecidas de Chihuahua, Ciudad de México, Coahuila, Guerrero, Estado de México, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Tamaulipas.

SEM/MG

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