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Alejandro Landero Gutiérrez, director nacional de la Sección Mexicana el Pontificio Instituto Juan Pablo II para el estudio del matrimonio y la familia, expresó que en la actualidad, la familia se encuentra sumergida en una constante de desafíos que ocasionan inestabilidad que es necesario atender; el especialista indica que de otra forma se pone en peligro a la sociedad misma.
El especialista impartió las conferencias “Formación de la inteligencia, voluntad y la afectividad” y “La familia ante el cambio de época”, en el Salón Krystal del Club Deportivo Cumbres; en ellas subraya que la familia produce grandes bienes a la sociedad, desde el punto de vista de valores, formación del capital humano, socialización y transmisión cultural.
Señaló que siendo la familia una instancia insustituible, es amenazada por diversos factores, entre los que mencionó de tipo interno, como la poca preparación para el matrimonio, falta de compatibilidad, el aspecto económico y también la llamada ideología de género.
Respecto a éste tema, explicó que la equidad de género, entendida como igualdad entre hombre y mujer en sus fundamentos, es una idea cristiana, pues pretende que ambos sean respetados en su dignidad, y no afecta a la familia, al contrario, la desarrolla. Sin embargo, “si por género entendemos que hoy cualquier tipo de realidad puede constituir un matrimonio, ahí sí ya entramos en otros terrenos”.
Abundó que la familia afronta situaciones no sólo en el ámbito nacional, sino global, y puso de ejemplo las que enfrentan desafíos como la migración, que implica condiciones difíciles, o los que viven en grandes ciudades y la comunicación se vuelve complicada, como la ciudad de México, donde las personas pasan de tres a cuatro horas diarias en el transporte y se descuida a los hijos.
Sugirió que hay que estar bien preparado para tener una mejor familia, y no basta como se decía antes, los hijos se forman solos y recalcó que se requiere de padres mejor preparados para afrontar los desafíos a causa de la crisis de valores que tenemos.
“Necesitamos padres de familia que den respuestas a sus hijos, que puedan acompañarlos, orientarlos en un mundo tan desafiante como el que vivimos. También urgen políticas públicas de familia que ayuden verdaderamente a conciliar la vida familiar. Cuando la mujer se incorpora al trabajo, qué pasa con los hijos, dónde quedan, cómo se van a desarrollar. En este sentido, nuestros gobiernos han quedado a deber mucho de generar estas políticas”, enfatizó.
