miércoles , 24 abril 2024
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Ciudadanía y partidos

Dulce Maria Sauri Riancho*)

Fuente: Diario de Yucatán

No acostumbro tratar cuestiones internas de mi partido en este espacio más que cuando se refieren a aspectos que atañen a la vida democrática del país. Con esta consideración, me referiré a la autorización que el Consejo Político Nacional (CPN) del PRI dio a la actual dirigencia para prolongar su periodo más allá del 18 de agosto próximo, cuando debía concluir.

Fui una de las tres consejeras nacionales que voté en contra, cuando 518 lo hicieron a favor de extender el mandato de Alejandro Moreno y Carolina Viggiano hasta finales de 2024.

Ser voz disidente al interior de una organización política no es fácil ni es grato. Pero el momento que viven los partidos, muy especialmente el PRI en el que participo, amerita la ruptura del silencio, dejar atrás la disciplina y el falso llamado a la unidad, que muchas veces se confunde con la aceptación pasiva de todo tipo de excesos.

Veamos las razones de quienes argumentaron a favor (omito deliberadamente las intervenciones descalificatorias hacia las mujeres que votamos en contra, copiadas textualmente del lenguaje cotidiano que el presidente López Obrador escupe contra quienes considera sus enemigos políticos). La más relevante: brindar certeza en la conducción y los compromisos que el PRI contraiga hacia el futuro inmediato.

En un partido que tiene el apellido —Revolucionario Institucional— es más doloroso y complicado de aceptar que sólo determinada persona pueda ser garantía de cumplimiento.

Espero por el bien del país y de la democracia, que ahora sí cumpla Alejandro Moreno, que no le suceda a la dirigencia del PAN y del PRD lo que al grupo de ex presidentes del PRI que, reunidos hace casi un año, escuchamos de viva voz su determinación de no prolongar un día más su dirigencia.

Tampoco me extrañaría que, en esta espiral de concentración de cargos y facultades, presidente o secretaria general del PRI, ambos diputados federales, uno de los dos, fuera la propuesta para presidir la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados en su último año legislativo. Ya curada de espanto, no me llamaría la atención si Alejandro Moreno se postula como candidato del PRI a la presidencia de la república, así fuera para perder, pero eso sí, sustrayendo algunos miles de votos de una opción opositora a Morena. En lenguaje popular: “niño del bautizo, novio de la boda, difunto en el entierro”.

En realidad, esta actitud que raya en comportamiento patológico, es muestra peligrosa del saldo de la concentración de poder en la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del PRI.

Democracia

Pero hay miles, quizá millones de militantes y simpatizantes del PRI a los cuales les importa poner la energía partidista en la defensa de la democracia y sus instituciones, en la participación popular para conformar una verdadera opción distinta al mal gobierno que sufre México. Somos parte del PRI, pero también somos ciudadana/os que, como tales, estamos trabajando para impulsar esa opción opositora, la coalición electoral. Que no nos dejaremos desalentar por los problemas internos del PRI; que los “encapsularemos” para poner por delante el amor a México.

Habremos de superar la actual coyuntura partidista para contribuir a la construcción de los espacios de encuentro con las organizaciones ciudadanas y asumir las tareas inminentes de la lucha electoral de 2024. Se puede: Estado de México y Coahuila son muestra clara de los resultados de anteponer el interés superior de la ciudadanía para presentar candidata y candidato competitivos, con posibilidades reales de ganar la elección a Morena y sus aliados políticos.

Partidos políticos y organizaciones ciudadanas se necesitan mutuamente. Enfrentar a un régimen caracterizado por la concentración del poder en el presidente López Obrador sólo se puede lograr con una verdadera unidad entre ciudadanía y partidos. Hablamos de unidad, no de uniformidad, ni de unanimidad.

Propósitos

Planteamos la Unidad en torno a lo fundamental, un “acuerdo en lo fundamental como base de la unidad nacional” (1). Se trata de encontrar y privilegiar propósitos compartidos, sin pretender supeditar ni “borrar” al otro.

Los partidos tendrían que evadir la tentación de imponer métodos y candidaturas puesto que ellos, casi en forma exclusiva, tienen la potestad de registrarlas ante las autoridades electorales.

Las organizaciones de la sociedad tendrán que generar en sus propuestas ese “sentido de urgencia”, el mismo que desplegaron en sus convocatorias a las marchas y manifestaciones en defensa del INE y de la democracia, contra los arteros ataques hacia el poder Judicial, la Suprema Corte de Justicia y su presidenta. Esa urgencia tendrá que mostrarse muy pronto en el método definido para aplicar en la selección del candidato/a presidencial.

Obstáculo

Los partidos no pueden, no deben encerrarse en sus cotos de poder, haciendo lo mismo que les ha causado estrepitosos fracasos en elecciones previas.

Las oposiciones están obligadas a dar paso a un procedimiento inédito que propicie participación ciudadana en la postulación de la candidatura presidencial. Que genere expectativas de triunfo, emoción y compromiso personal y familiar con la candidata/o a la presidencia de la república, pero también a quienes aspiren a llegar al Congreso de la Unión, congresos locales, a las gubernaturas, presidencias municipales.

El reloj político está en marcha, el tiempo transcurre inexorablemente. Nunca como ahora la responsabilidad de los partidos y las organizaciones ciudadanas es enorme frente al futuro inmediato. Las mezquindades tienen que ser expulsadas a golpes de participación.

Les dejo estas líneas del poema de Mario Benedetti: “Vamos Juntos”. Forma parte de su libro “Letras de emergencia” (1969-1973), escrito cuando Uruguay se sumía en la vorágine del gobierno de los militares (2):

“La unidad que sirve es la que nos une en la lucha.

La historia tañe, sonora, su lección como campana.

Para gozar el mañana hay que pelear el ahora.

Con tu puedo y con mi quiero vamos juntos compañero”.—Mérida, Yucatán

***

(1) Mariano Otero, https://www.memoriapoliticademexico.org/Textos/2ImpDictadura/1842MAO.html

(2) https://www.poemas-del-alma.com/vamos-juntos.htm

 dulcesauri@gmail.com

*) Licenciada en Sociología con doctorado en Historia. Exgobernadora de Yucatán

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