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El expresidente estadounidense Jimmy Carter, reconocido por su compromiso con la paz y los derechos humanos, falleció este domingo a la edad de 100 años, según informó The Washington Post. Carter, quien lideró la nación entre 1977 y 1981, se destacó por su papel en una de las épocas más desafiantes de la Guerra Fría.
Carter asumió la presidencia en un momento de alta tensión internacional, enfrentando eventos históricos como la crisis de los rehenes en la embajada de Estados Unidos en Irán y el embargo petrolero árabe. A pesar de los desafíos económicos y políticos que marcaron su mandato, logró avances significativos en política energética y relaciones internacionales, incluyendo su mediación en los Acuerdos de Camp David, que acercaron a Egipto e Israel hacia la paz.
La noticia de su fallecimiento fue compartida por su hijo, James E. Carter III, aunque los detalles sobre la causa aún no han sido divulgados. Con su muerte, Estados Unidos despide a un líder que dejó un legado duradero en el escenario global y nacional.
Tras dejar la Casa Blanca, Carter dedicó su vida a causas humanitarias y fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 2002 por sus incansables esfuerzos para resolver conflictos internacionales y promover los derechos humanos. Su longevidad, celebrada con su centenario el pasado 1 de octubre, lo convirtió en un símbolo de servicio continuo a la humanidad.
Además de su mediación en conflictos internacionales, Carter impulsó políticas nacionales innovadoras, como la promoción de energías renovables y la amnistía para quienes evitaron el servicio militar obligatorio durante la Guerra de Vietnam, decisiones que generaron admiración y debate en igual medida.
Su partida deja un vacío en la historia contemporánea de Estados Unidos, recordándolo como un líder comprometido con los ideales de justicia, paz y sostenibilidad. Jimmy Carter será recordado no solo como un expresidente, sino como un ferviente defensor de las causas que definieron su vida.
