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Problemas con solución
Los académicos Silvana Forti Sosa, María del Carmen Delgado Carranza y Yameli Aguilar Duarte sacaron a relucir los serios problemas que afectan al Centro de Mérida durante el seminario “Centros Históricos sostenibles, movilidad y transporte, espacios públicos y comercios”, que se realiza en el auditorio del Centro Peninsular en Humanidades y en Ciencias Sociales (Cephcis) de la UNAM.
Toda la culpa es del exceso del tránsito vehicular, pero sembraron la esperanza de que esos graves problemas se pueden resolver si hay un trabajo conjunto y voluntad política entre la academia, el gobierno, la sociedad organizada y los permisionarios del transporte público.
“Los problemas del Centro tienen solución”, señaló la doctora en Salud Pública Silvana Forti, integrante del Laboratorio Urbano del Mayab de la Universidad Modelo, quien ha ensayado con éxito dos prototipos de movilidad ordenada en el fraccionamiento Las Américas y la Avenida 128 de esta ciudad.
“El problema de la movilidad es que se aborda de manera segmentada y las autoridades están desvinculadas del contexto. Es que así, el transporte público va por un lado y el uso seguro de la bicicleta y la peatonización van por otro lado”, enfatizó.
Según dijo, el Centro de Mérida tiene condiciones negativas de contaminación, ruido excesivo, peligros para los peatones, alta tasa de incidentes viales, aceras obstaculizadas, exceso de transporte motorizado y un marco regulatorio que es “letra muerta” en la ciudad.
La doctora Forti Sosa expuso el tema “Movilidad Urbana en el Centro de Mérida: procurado la dinámica virtuosa desde una perspectiva sistemática”, y ofreció un dato que para ella es preocupante: en 2017 ocurrieron más de 1,000 incidentes viales en el Centro, entre ellos algunos con personas fallecidas y lesionadas de gravedad. Todo ello se puede evitar con un sistema de movilidad bien diseñado y ejecutado donde la pirámide vaya a la inversa; es decir, que los peatones y personas que usan vehículos no motorizados tengan prioridad y los vehículos sean la última opción. Sin embargo, para que esto ocurra las autoridades deben hacer aceras y áreas seguras e impulsar un transporte público eficiente.
“Mejorar la movilidad implica tener el marco regulatorio adecuado para que haya una movilidad sustentable, no sólo en el Centro sino en toda la ciudad”, dijo. “Tener una arquitectura institucional adecuada para que lidere el tema de la movilidad. Actualmente está fragmentada y desvinculada, allí está la Dirección de Transporte que ve lo del transporte público, pero de todo lo demás quién sabe quién se encarga”.
Se requiere usar autobuses urbanos bajos en carbono y con motores que produzcan el menor de los ruidos para que bajen los decibeles; se necesita abrirle espacios al peatón, fomentar el uso de la bicicleta como medio de transporte, poner límites de velocidad en la ciudad de 20 y 30 kilómetros en algunas zonas, entre otras acciones.
Consideró que muchos problemas que afectan el Centro Histórico en cuestión de movilidad no son de falta de presupuesto, sino de visión política y comprensión de lo que sucede en ese sector y el resto de la ciudad. No obstante, hay experiencias en otras ciudades del mundo que tuvieron el mismo problema de Mérida y usaron las tecnologías, las herramientas, las investigaciones y privilegiaron el trabajo en conjunto entre gobierno, sociedad organizada y concesionarios para solucionarlos.
La especialista reconoció que en Yucatán hay un divorcio entre la academia y las políticas públicas relacionadas al transporte público y la movilidad, y por esa razón no hay soluciones de fondo.
Otro problema que salió a relucir en el seminario fue la contaminación del aire del Centro Histórico con plomo, zinc y cobre, que aún no rebasan los mínimos de las normas mexicanas, pero sí las de Canadá, que son un parámetro que usan para comparar la gravedad del problema.
La investigadora Delgado Carranza, académica de la UNAM, quien expuso el tema “Contaminación de los Centros Históricos de Ciudad de México, Guadalajara, Mérida, Morelia y San Luis Potosí”, señaló que en el caso específico de la capital yucateca el problema de la contaminación lo ocasiona el exceso de vehículos motorizados que transitan en el Centro. Los escapes liberan partículas de plomo, zinc y cobre por el consumo de gasolinas y otros aditivos y eso produce micropartículas que generalmente respira la gente.— Joaquín Chan Caamal
Fuente: Diario de Yucatán
