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(Notimex).- Cuando Tere Cazola empezó su pequeño negocio de repostería con 250 pesos en la cocina de su casa, nunca imaginó que sus pasteles podrían llegar tan lejos.
Después de 31 años, la empresa de repostería fina cuenta con 42 sucursales en el sureste, ventas por internet, a lo que se suma un plan para expandir sus tiendas en todo México y el mundo.
Además de un buen sazón, señaló Cazola, fue necesario contar con disciplina, tenacidad y dejar su empleo de maestra en una secundaria, para que su hobby pasara de ser una forma de ingresos extra en su casa, a una empresa que emplea a casi 400 personas, con la capacidad de hornear 12 mil productos cada día.
“Yo empecé a elaborar para mi familia flanes, panes, pero platicando con unas amigas de cómo incrementar los ingresos de la casa con cuatro hijos y la escuela surgió la idea de hacer pays para venta. Con el dinero que cobré de los primeros pays compré más materia prima.
En la casa siguió creciendo el negocio, no sólo en la cocina, si no en la recámara, sala y se volvió una pequeña industria dentro de la casa”, afirmó.
Actualmente, la marca Tere Cazola es referente para quien visita Mérida y el sureste mexicano, al tener presencia en Campeche, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán que fue pasando de boca en boca, además de emprender un negocio de venta online de sus productos que le permite llegar al resto del territorio nacional a través de Fedex.
Fue a principios de los noventa cuando decidió dejar su casa y abrir su primer centro de producción y venta al público a una cuadra de su hogar; pero hasta 2004 el éxito de sus productos la llevó a inaugurar un nuevo complejo que alberga hasta la actualidad el total de la elaboración de sus pasteles, cheesecakes y panes.
“Lo más complicado es el cuidado del producto, es un producto perecedero de muy alta rotación y el tema de cuidarlo, que llegue después de un viaje de tres a cinco horas de forma correcta es la parte más complicada”, abundó Cazola.
Además, añadió, mantener la calidad de cada uno de los productos es fundamental, ya que supervisa personalmente la materia prima, su elaboración, corrige las recetas y diseña los nuevos productos; razón por la que franquiciar el negocio es el próximo reto que enfrentará para estar en todo el país.
“No es que no haya pensado llevar la marca a otros lugares, tenemos una demanda en toda la República precisamente por esa ventana que tenemos en el aeropuerto, definitivamente si ese es nuestro siguiente paso, es un gran reto, cómo hacer que el producto siga estando rico y controlado en un lugar más alejado”, precisa.
A la fecha, las sucursales con las que cuenta en Campeche, Quintana Roo y Tabasco están manejados por su familia y aunque ha recibido muchas propuestas para franquiciar la marca, Cazola considera que lo primero que tienen que hacer es sentar unas bases muy sólidas para que pueda soportar el crecimiento.
“Visualizo a Tere Cazola en toda la República Mexicana, o por lo menos en los lugares más importantes, por qué no en el extranjero”, dijo.
Refirió que desde hace varios años cuentan con el interés por sus productos, “miles de personas quieren la franquicia, pero no puedo dar algo que todavía no está bien documentado y la logística necesaria para lograrlo”.
El trabajo que ha realizado a los largo de estas casi tres décadas la ha llevado también a formar parte de la campaña del Consejo de la Comunicación, a través de la campaña Ana y Mary y Pepe y Toño, a fin de impulsar a una generación de empresarios en el país.
