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Mérida, 9 de diciembre de 2025.- Los sismos de baja intensidad registrados en los últimos días en Yucatán no representan riesgo para la población ni para la infraestructura, y que hasta el momento no se han reportado daños en los municipios donde se han percibido estos movimientos, informó la Unidad de Protección Civil de Yucatán.
Detalló que, entre estos eventos, se encuentran tres sismos registrados el viernes 5 de diciembre: uno de magnitud 4.1, localizado a 16 kilómetros al noreste de Ticul y perceptible a las 23:38 horas; así como dos sismos de magnitud 3.5 y 3.7, ocurridos a las 3:44 y 3:46 horas, respectivamente, con epicentro a 17 kilómetros al sur de Muna. Todos fueron catalogados como movimientos leves.
La Península de Yucatán se encuentra alejada de esa zona de alta actividad y se asienta sobre una plataforma carbonatada muy estable, formada por roca caliza.
Lo anterior hace que los sismos que aquí se registran sean de baja intensidad y sin riesgo para la infraestructura ni la población.
La región donde con mayor frecuencia pueden percibirse estos movimientos es el cono sur del estado, por su cercanía relativa a las zonas de interacción tectónica.
A diferencia de entidades como Guerrero, Oaxaca o Chiapas, en Yucatán no convergen placas tectónicas que generen liberaciones de energía de gran magnitud.
Recuento de sismos
De acuerdo con los registros instrumentales disponibles, en el periodo de 1900 a 2025 se han documentado al menos 84 sismos en la región de la Península de Yucatán (Campeche, Yucatán y Quintana Roo).
El de mayor magnitud en tierra fue de 4.6 grados, registrado el 10 de junio de 2002 a 60 kilómetros al sur de Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo.
De estos 84 eventos, 10 tuvieron su epicentro en territorio yucateco, tanto en tierra como en mar; el de mayor magnitud también fue de 4.6, ocurrido el 24 de julio de 1978 a 417 kilómetros al norte de Progreso, a una profundidad de 5 kilómetros.
Aunque Yucatán presenta una muy baja frecuencia sísmica, es importante recordar que todo el mundo está expuesto a movimientos telúricos, aunque no todas las regiones sean igual de activas.
Explicó que los sismos recientes se asociaron a la llamada Falla de Ticul, una escarpa de aproximadamente 100 kilómetros de longitud con rumbo oeste-noroeste.
En la Península se reconocen dos sistemas de fallas geológicas normales relevantes: la Falla de Ticul y la Falla Campeche–Hecelchakán; por su profundidad, frecuencia y localización, los eventos registrados pueden vincularse a estas estructuras.
Procivy precisó que la alerta sísmica solo se activa ante sismos de magnitud superior a 5 cuando el epicentro se ubica a no más de 170 kilómetros; superior a 5.5 si está a menos de 350 kilómetros; o superior a 6 si se localiza a más de 350 kilómetros.
Es decir, la activación no depende únicamente de la magnitud, sino también de la distancia al epicentro, condición que no se presentó en los sismos registrados en Yucatán.
