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Entre risas y llantos, por un lado, embotellamientos y dobles filas por el otro, se vivió el inicio del ciclo escolar 2018-2019 en Campeche, donde los padres presumían a sus hijos por redes sociales posando con sus mochilas, peinaditos y con el uniforme de gala.
Desde temprana hora, las calles de la Ciudad recobraron el movimiento y sonidos de niños, jóvenes y padres de familia que acudieron a los mil 600 centros escolares del estado a presenciar gustosos el inicio de un capítulo más para sus hijos, sin embargo, fueron ellos quienes no se mostraron tan alegres con este inicio, ya que se vieron caras largas, de miedo, e incluso, llantos, sobre todo, en el nivel preescolar, donde en algunas escuelas los docentes los recibieron con botargas de personajes populares y queridos por los alumnos para no hacerles pasar un “rato tan amargo”.
Mientras que en nivel primaria y secundaria se les vio a los alumnos un poco más contentos, a los padres de familia se les vio un poco estresados ante los embotellamientos que se creaban a las puertas de los centros educativos, debido a que estos insistían en estacionarse a las puertas de los planteles, provocando dobles filas, retrasando así a todos los demás.
Y si a ellos se le agrega la poca pericia demostrada por los oficiales de vialidad para controlar o dirigir el tráfico, el caos se incrementó.
-El problema no es en la puerta de la escuela, sino en la esquina anterior –dijo un padre de familia al oficial que “dirigía” el tránsito frente a la entrada principal del Colegio “Guadalupe Victoria”.
-A mí me mandaron a cuidar la puerta, no a dirigir la vialidad –fue la respuesta del oficial mientras tomaba del popote su yogurth.
