Mérida, 22 de septiembre de 2025.- Organizaciones civiles, instituciones académicas y centros de investigación convergieron en la comisaría municipal de Chablekal , con la intención de fomentar la conciencia ambiental entre estudiantes del Telebachillerato Comunitario local, como los futuros guardianes del Parque Nacional de Dzibilchaltún, área natural protegida que resguarda 539 hectáreas de invaluable biodiversidad a escasos metros de su comunidad.
La iniciativa que reunió a Buzos Técnicos Deportivos de Yucatán A.C., el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) y la UNAM-Sisal, se materializó a través de una feria informativa y charlas especializadas que buscaron transmitir a las nuevas generaciones la importancia crítica de preservar este patrimonio natural, hogar de 156 especies de aves, 38 de mamíferos, 38 de reptiles y 13 de anfibios.
Chablekal: zona de influencia estratégica
La bióloga Gricely Ciau Caamal, una de las ponentes, explicó que la elección de Chablekal no fue casualidad.
“La comunidad pertenece a la zona de influencia del parque nacional, está ligada por su importancia social y cultural de manera directa. Tiene el potencial de impactar de manera positiva o negativa”, señaló durante su intervención, donde detalló que Dzibilchaltún forma parte de las 48 áreas protegidas de la Península de Yucatán.

José Antonio Ceballos Uc, administrador de Buzos Técnicos Deportivos de Yucatán y uno de los principales organizadores del encuentro, enfatizó el trabajo de restauración del hábitat acuático que realizan desde hace tres años, particularmente en el cenote Xlacah, donde habitan especies endémicas como la poecilia velifera, una especie que no se encuentra en todos los cenotes del interior del estado.
Monitoreo científico y conservación activa
El trabajo de conservación incluye múltiples frentes: control del lirio acuático para mantener la salud del cenote, análisis periódicos de calidad del agua en colaboración con la UNAM, identificación de especies acuáticas –incluyendo la dama ciega y diversos crustáceos que habitan en las cavernas–, así como monitoreo constante de flora y fauna terrestre.
“Realizamos buceos de dos a tres veces al mes en promedio, con variaciones según las temporadas de secas y lluvias”, detalló Ceballos Uc, quien destacó el registro de especies emblemáticas como el jaguarundi, el tigrillo y el venado, todas bajo presión por el crecimiento de desarrollos urbanos circundantes.
Bromelias: centinelas del cambio climático
Selene Espadas Manrique, investigadora del CICY especializada en cambio climático, presentó su trabajo sobre bromelias epífitas, plantas que funcionan como indicadores naturales de las condiciones ambientales.
“Estas plantas responden directamente al cambio climático. En la Península monitoreamos cinco sitios desde 2009”, explicó, alertando sobre el fenómeno de las islas de calor urbanas que amenazan con convertirse en “archipiélagos de calor”.
La investigadora advirtió que la presión urbana es tal que “en poco tiempo podríamos tener jaguares en nuestros patios porque no tienen dónde correr”, subrayando la urgencia de preservar los corredores biológicos que representa el parque nacional.
Guardianes ambientales, un llamado a la acción juvenil
El mensaje central del encuentro fue claro: los jóvenes de Chablekal están llamados a convertirse en guardianes activos de su patrimonio natural.
“Ustedes serán los guardianes de las cosas buenas que están pasando en el parque nacional Dzibilchaltún. Sientan el gusto de valorar y sentirse orgullosos de lo que tienen”, expresó Ceballos Uc ante los estudiantes.
Entre las amenazas identificadas que requieren atención inmediata destacan la liberación de especies no nativas, los ataques de perros ferales, el manejo inadecuado de residuos sólidos y la falta de divulgación apropiada sobre la importancia del área protegida.
La jornada concluyó con un llamado a practicar un turismo responsable y a compartir en redes sociales el orgullo de contar con este tesoro natural que, además de su riqueza biológica, alberga importantes vestigios arqueológicos mayas y fenómenos culturales como el equinoccio, consolidándose como un espacio donde convergen naturaleza, belleza y cultura.