El próximo domingo 20 de enero entre la noche y la madrugada del lunes 21, tendrá efecto el primer eclipse lunar de este año, según informó el astrónomo yucateco Eddie Ariel Salazar Gamboa, quien destacó que una tabla de eclipses elaborada por los mayas precolombinos, aún se encuentra vigente y al mismo tiempo refutó una “superluna” para esa fecha.
El eclipse de luna será total y tendrá una duración de tres horas con 17 minutos, abarcando la noche del próximo domingo 20 y parte de la madrugada del lunes 21.
El especialista destacó la importancia de este fenómeno para diversas culturas, entre ellas la maya, ya que su interés por la cronología y la astronomía la llevó a crear una tabla de eclipses, la cual aún funciona en la actualidad.
“Durante 197 minutos, los yucatecos apreciarán la disminución gradual de la luminosidad del satélite natural, hasta llegar el momento que tendrá la coloración ocre, para luego empezar a recuperar su brillantez”, añadió.
Comentó que el fenómeno astronómico comenzará las 21:33 horas.
El académico del Instituto Tecnológico de Mérida (ITM) agregó que la totalidad del suceso lunar iniciará a las 22:40 horas y terminará a las 23:43 horas, período en el cual el satélite natural estará en el cono de sombra que proyectará la Tierra.
“La Luna estará en su fase de llena a las 23:17 horas del domingo 20, y estará en su perigeo a las 15 horas del lunes 21, a una distancia de 357 mil kilómetros”, acotó.
Aseveró que “no es una superluna, debido al desfasamiento de casi 16 horas”, ya que no coincide tanto su fase de plenitud así como de máximo acercamiento terrestre.
“Son numerosas las versiones que afirman que será una superluna, pero en este año no habrá este tipo de acontecimientos astronómicos”, subrayó.
Salazar Gamboa reconoció que aún prevalecen numerosos mitos relacionados, como que el sol morirá o que la Luna es devorada por diversos seres, por ejemplo las hormigas, como piensan los mayas contemporáneos, o un jaguar, como creían los mayas antiguos.
Para los mayas precolombinos, era notable el temor que le tenían a los eclipses, y aunado a su obsesión por el tiempo, el espacio y el conocimiento, elaboraron una tabla para el pronóstico de estos sucesos.
Aseveró que la tabla de eclipse que está en el Códice de Dresde, “aún funciona en estos tiempos”.