La lepra, una enfermedad asociada a la pobreza y falta de higiene, ha vuelto a hacer presencia en Yucatán, luego que durante cinco meses no se presentara algún caso, y considerada como una de las enfermedades olvidadas, ya que son pocas las personas que padecen esta enfermedad.
Datos de la Secretaría de Salud federal, señalan que en lo que va del año, en la República Mexicana ya son 21 las personas infectadas, con una disminución del 22.2 por ciento con respecto al mismo período de 2017, cuando la suma fue de 27 casos.
En Yucatán es el primer caso que se registra en lo que va del año, y el último de los cuatro casos registrados en 2017, ocurrió a finales de octubre; en cuanto al género, del total del casos registrados en el país, 13 son hombres, el 62 por ciento, y ocho mujeres, y en Yucatán, es un varón.
Hasta el momento, son 14 las entidades federativas con casos confirmados de la también denominada como “enfermedad de la pobreza”, de los cuales cuatro son de Jalisco, tres de Sinaloa, y dos de Baja California y Guanajuato, respectivamente.
El resto son de Campeche, Coahuila, Colima, Chiapas, Guerrero, Morelos, Nayarit, Quintana Roo, Tamaulipas y Yucatán.
El año pasado, en Yucatán fueron cuatro los casos confirmados, y estuvo en el noveno lugar de la tabla nacional de prevalencia; existe en la región debido a diversos factores, y afortunadamente no es tan contagiosa como otros padecimientos. En el Estado aumentó la prevalencia de éste mal, cuyas personas presentan lesiones cutáneas que son más claras o rojizas con respecto al color normal de la piel, mientras que en Campeche y Quintana Roo, la cifra se mantuvo estable.
La lepra es una enfermedad infecciosa crónica, causada por una bacteria llamada Mycobacterium leprae, afecta principalmente la piel y los nervios periféricos, pero puede dañar otros tejidos.
Para adquirir la infección se requiere que una persona sana sea susceptible de adquirir y desarrollar la enfermedad, además de una estrecha y prolongada convivencia con una persona enferma de lepra y sin tratamiento.
De igual forma, cuando el infectado saque o expulse bacterias al hablar, toser o respirar y que la persona sana esté cercana a él.