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Sin importar los intensos rayos del sol y las altas temperaturas que se registraron ayer por la mañana, miles de católicos participaron con devoción para recordar la pasión y muerte de Jesucristo a través de la Viacrucis Viviente que desde hace 56 años la Iglesia de Santa Ana ha llevado a cabo.
-Porqué él dando su vida, a nosotros nos ofrece la vida; dando su vida nos da el perdón; él dando su vida resucitando, nos invita también a nosotros a participar, participemos pues con devoción esta catequesis representada en la pasión de Cristo y acompáñemelos junto a María su madre en estos sufrimientos que vive para que participando de su muerte igual participen en su resurrección.
Esas fueron las palabras que el Obispo José Francisco González González, acompañado del párroco José Armando Rosado Cel, manifestó ante la feligresía católica momentos antes de que iniciara la Viacrucis Viviente, para un momento de reflexión durante el recorrido.
Posteriormente en punto de las 9:00 horas, alrededor de 180 personas caracterizadas entre personajes principales y extras, subieron a escena en el atrio de la parroquia para representar las primeras estaciones donde Jesús fue condenado a muerte y donde los judíos tomaron a Jesús y cargándole la cruz salió hacía el lugar llamado calvario.
Luego inició el trayecto donde por casi dos horas, el señor Javier Estrada Montejo quien interpretó a Jesús, se dispuso a cargar una cruz de 48 kilos que recorrió las principales calles del barrio de Santa Ana y como iban avanzando el primero en ayudarlo fue el Obispo José Francisco González González.
Se escenificaron cada una de las estaciones, entre ellas las tres caídas de Jesús, la primera en la tercera estación, la segunda en la séptima estación y la tercera correspondió en la novena estación, donde en todas estás Jesús de Nazaret sufrió humillación, dolor y sufrió para el perdón de los pecados.
Fue en la décimo primera estación cuando la feligresía católica retorno al atrio y percibieron la representación cuando Jesús fue clavado en la cruz junto a dos ladrones, uno a la derecha y el otro a la izquierda, mientras su madre María acompañada de su hermana María de la Cleofás y María Magdalena sufrían al verlo. Asimismo se representó la duodécima, décimo tercera y la última estación, donde Cristo muere en la cruz en los brazos de María Santísima y finalmente fue puesto en el sepulcro.
Cabe mencionar que durante el trayecto se contó con la participación de elementos de la Secretaría de Seguridad Pública, Protección Civil y la Cruz Roja, y sólo se registraron dos percances por golpes de calor por dos mujeres, quienes fueron atendidas.
