CLAUDIA MARÍN Se le conoce como maestro de la conciliación. No parece propenso al exceso o a militancia alguna que exija levantar la voz. No lo lleva en el carácter. Lo suyo sería más bien la serenidad clásica, el sosiego como método. Quizá por la edad y los anteojos, además de la dignidad patricia que le confieren las canas, el …
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