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El director de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente de Yucatán (SEDUMA), Eduardo Batllori Sampedro, advirtió que la contaminación del agua se ha descontrolado y cada vez se detecta a mayor profundidad, por lo cual deben implementarse más monitoreos, mejores medidas de control y revisión de agroquímicos prohibidos .
En el marco de la presentación de la Asociación Mexicana de Estudios del Kars (AMEK), el funcionario dictó una conferencia en la cual enfatizó que el agua subterránea de Yucatán es una fuente vulnerable y de alto riesgo de contaminación, de acuerdo con estudios realizados en diversas zonas del Estado.
Mencionó que los estudios de la calidad del agua que se han realizado en diferentes zonas de la entidad han evidenciado la presencia de contaminantes que están prohibidos no sólo en el Estado sino a nivel mundial, ya que son muy tóxicos, entre ellos el glifosato, al cual la Organización de las Naciones Unidas (ONU) lo ha catalogado como cancerígeno.
Señaló que lo grave del caso es que no hay conocimiento de cómo es que están presentes en el agua local, si las empresas que proporcionan los agroquímicos no los tienen en sus listas desde hace años. Ante esta situación, consideró que hace falta revisar los stocks de las empresas, lo cual no es labor de la SEDUMA.
Mencionó que las personas que han estado expuestas a pesticidas han resentido efectos en los procesos de reproducción, tanto hombres como mujeres; mientras en los hombres se detectaron afectaciones en la genética de los espermatozoides, y en ellas incrementó el número de abortos y partos antes de tiempo, en especial en el municipio de Muna.
Destacó el funcionario que los muestreos han arrojado que los agroquímicos contaminante s están en diferentes niveles de la columna de agua, incluso a 40 y más metros de profundidad en los pozos de donde se extrae el líquido potable de varios municipios.
Recalcó que aunque se desconoce cómo llegaron estos residuos peligrosos, la tarea más importante y en la cual esperan mayor participación de instancias, como la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), es hacer una revisión de stock de las empresas que manejan plaguicidas y verificar que no comercializan los artículos con componentes ilegales.
Aun cuando no existen alternativas de limpieza de los químicos en los cuerpos de agua, se espera que al dejar de filtrarlos al subsuelo, la naturaleza realice su propio proceso de depuración para eliminarlos de forma gradual.
