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Deterioro en uno de los tesoros del barrio meridano
Oculto al visitante, un Jardín Arqueológico enriquece al barrio de La Ermita, con numerosos y frondosos árboles bajo cuyas ramas descansaron alguna vez estelas y figuras prehispánicas y coloniales de diversas partes de la entidad yucateca y que le dieron el nombre.
Ahora sólo quedan sus columnas y placas, no así las piezas arqueológicas que regresaron a manos del Instituto Nacional de Historia y Antropología (INAH).
El lugar está a un costado del templo católico que le da nombre al barrio y es un verdadero oasis por la sombra que ofrecen sus plantas de roble, ramón, huano, sikinté, croto, palma real, yuca, uva de mar, tulipán, flor de mayo, cedro y almendro, por mencionar algunas.
Este jardín está conformado en lo que fue un antiguo cementerio convertido durante años en monte y lugar apropiado para refugio de maleantes y nido de alimañas, y un predio a un costado que adquirió el Ayuntamiento para ampliarlo.
Hoy es un espacio de unos cuatro mil metros cuadrados de superficie. Se aprovecharon los desniveles y accidentes del suelo con la siembra de diversas plantas y una cascada para armonizar con los antiguos árboles.
El interés turístico de este parque, o mejor dicho jardín-museo, radicó en que en un tiempo distribuidos por su espacio se colocaron piezas arqueológicas, monolitos, panoplias, estatuas, diversas esculturas y columnas talladas en bajorrelieves, procedentes de centros arquelógicos mayas de diversas partes del Estado y facilitadas por la Oficina de Monumentos Prehispánicos del INAH.
Al parecer y según platican vecinos y personal del templo, la falta de una vigilancia adecuada y el riesgo al que estaban expuestas estas piezas por individuos que por las noches se adentraban al lugar a ingerir bebidas alcohólicas o enervantes, propició que se retiraran del lugar.
Aún quedan algunas piezas y las columnas donde estaban las demás y donde se detallaba su perfil y procedencia, lo que da cuenta de su importancia.
“Panoplia”, procedente del templo de los Tigres Chichén Itzá. Figura monolítica de primate. Becanchén. Temax. Figuras monolíticas representando animales. Chichén. Figura Monolítica con los brazos mutilados y medallón en el pecho. Emal Tizimín. Eran algunas de estas piezas que ya no están.— Luis Iván Alpuche Escalante
Fuente: Diario de Yucatán
