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Quienes han partido “al más allá”, regresan a la fiesta de los vivos, aseguran ciudadanos que abarrotan los panteones Ultimo Paseo y El colonial ambos campo santos únicos en la isla de Carmen, miles de familias acuden como cada año a recordar a sus seres queridos, donde sus restos descansan eternamente, los olores, colores y sabores se hacen presente en la tradición más prehispánica de México, el día de los “Fieles Difuntos”.
Unos de los panteones más antiguos de Carmen, se vistió de colores que distinguen la fiesta el naranja, resaltó la flores cempaxúchitl, en su entrada principal, tres calaveras recibían a los cientos de familias que se dieron cita desde muy temprana hora, para limpiar, pintar y colocar flores en recuerdo de quien en vida llenó de alegría sus vidas y ahora muertos son recordados con diferentes tipos de ofrendas.
La música es parte importante en la fiesta de los muertos como muchos llaman, para la Iglesia Católica, la muerte significa vida eterna y esta se debe de celebrar con alegría, es así que solitas, mariachis y bandas locales hacen presencia en los panteones, para tocar algunos de los temas que eran escuchados por quienes descansan eternamente en sus tumbas.
Tanto el panteón Colonia como El Último Paseo lucieron abarrotados, por miles de familias en medio de reglas que dio a conocer la encargada de los panteones, Thelma Zapata Cupil, quien prohibió la ingesta de alcohol al interior de los campos santos, así mismo mantener el orden y el respeto a las tumbas que no son de su propiedad.
Para Teresa Notario Palma, Eugenia García Marcelo, Raquel Rosario Pacheco y Abril María Hernández Chan, el recordar a sus muertos es de suma importancia, inculcar a las nuevas generaciones el significado de nunca olvidar a quienes en vida fueron importante en su vida, ahora que no están los vivos tienen que recordar a sus muertos.
“Como dijo el Padre, se muere el cuerpo, pero el alma sigue viva es la que alimenta el amor y la esperanza, pero sobre todo quienes están en este mundo terrenal, están siendo cuidados por quienes están en el mundo espiritual” subrayó Rosario Pacheco mientras pintaba la tumba de sus padres.
La fiesta de los muertos los vivos la disfrutan, en la tumbas se colocan los tradicionales tamalitos, además dulces típicos y bebidas que eran las preferidas del difunto, al término de las horas de rezar algún tipo de oración, se degusta entre los presente que era ofrecido a los muertos.
