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Los cambios tecnológicos
Jorge Antonio Lechuga Andrade (*)
Las nuevas tecnologías y los cambios resultantes son temas que deberán ser considerados y analizados con mucho cuidado entre todas las organizaciones civiles, gubernamentales y la sociedad en general.
Tenemos muchos desafíos a los que habrá que afrontar en la actualidad; las tecnologías están cambiando la manera en la que vivimos y trabajamos, que nos obliga a pensar cómo los países se desarrollan, cómo las organizaciones generan valor en toda la extensión de su significado, comenzando con la atención ética y humanitaria para con las personas y seres vivos, y en paralelo, con los desarrollos tecnológicos, cuidar el planeta, la casa de todos y de las nuevas generaciones.
Nuevas tecnologías como la máquina de vapor y la mecanización de la producción textil dieron inicio a la Primera Revolución Industrial, que fue acompañada por transformaciones sociopolíticas históricas como la urbanización, la educación universal y la agricultura mecanizada. Con la electrificación y la producción en masa, la Segunda Revolución Industrial introdujo modelos sociales y modos de trabajar totalmente nuevos. Y con la llegada de la tecnología digital y las telecomunicaciones instantáneas, la Tercera Revolución Industrial, que se desarrolló en los últimos años, conectó el planeta y redujo el tiempo y el espacio. Y ahora, la Cuarta Revolución Industrial traerá transformaciones no menos importantes: si bien cada una de las tecnologías tendrá un impacto por separado, lo que más definirá nuestras vidas en el futuro serán los cambios en los sistemas sociales y económicos. En esta etapa, no hay un consenso relacionado con temas tan básicos como la propiedad de los datos personales, la seguridad de las infraestructuras y los derechos y responsabilidades de las nuevas empresas disruptivas. Se necesita un marco conceptual que ayude a empresas, gobiernos y personas a anticiparse a los cambios radicales con base tecnológica que se avecinan en los modelos de negocios y en cuestiones éticas y sociales. Es importante recordar e insistir en la ética y valores, para garantizar nuestra prosperidad futura, debemos preguntarnos si las nuevas tecnologías se diseñan con el objetivo de satisfacer necesidades sociales o si simplemente introducen cambios por el cambio mismo. Más en general, debemos pensar no solo en el avance tecnológico y la productividad económica, sino también en el efecto de esas fuerzas sobre la gente, las comunidades y el medio ambiente.
A la par que la Cuarta Revolución Industrial se desarrolla, cuatro principios deben guiarnos en la definición e implementación de políticas. Para empezar, debemos pensar en sistemas, no en tecnologías aisladas; solo observando el modo en que interactúan fuerzas tecnológicas, sociales y económicas divergentes podremos determinar y predecir los cambios posibles en las empresas, la sociedad y la economía. Un buen liderazgo, demanda un cambio radical en nuestra visión del involucramiento de cara al futuro. (Klaus Schwab).
Vivimos en una era de complejidad, y el buen liderazgo demanda un cambio radical en nuestra visión del involucramiento colaborativo de cara al futuro. Si queremos evitar que la tecnología puede producir muchos fácilmente cambios no deseados en la sociedad, debemos imaginar juntos el futuro que queremos crear, con las nuevas tecnologías.
En resumen, debemos pensar, imaginar y lograr un mundo en donde las funciones públicas esenciales, la comunicación social entre los servidores públicos, en colaboración con la sociedad civil y las empresas, creen reglas y los equilibrios necesarios para mantener la justicia, la competitividad ética, la equidad e incluso la propiedad intelectual, la seguridad y la fiabilidad.— Mérida, Yucatán.
jorge.lechuga@correo.uady.mx
Ingeniero químico. Doctor en Proyectos de Innovación Tecnológica en Ingeniería de Procesos. Profesor e investigador de la Uady
Vivimos en una era de complejidad y el buen liderazgo demanda un cambio radical en nuestra visión del involucramiento colaborativo de cara al futuro
Fuente: Diario de Yucatán