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Aunque los últimos días se han conocido más pormenores del proyecto del Tren Maya, aún existen muchas dudas, sobre todo en el aspecto ambiental, pues ahora se conoce que no existe un estudio de impacto ambiental en el que se sustente su viabilidad o bajo impacto de afectación por su instalación.
En el portal oficial de internet del Tren Maya se pueden conocer los números y las expectativas del proyecto, sin embargo, en cuestiones ambientales la información aún está sólo en planes.
Organizaciones ciudadanas de prestigio nacional e internacional, así como intelectuales, ambientalistas y de derechos humanos, pidieron a López Obrador que suspendiera la consulta, pues contaban con información sobre los daños que causaría el proyecto, empero, el plan del presidente electo está, de manera práctica, en marcha.
Los planes ambientales
Según el plan expuesto, para minimizar el impacto ambiental y social se utilizarán principalmente derechos de vía existentes: líneas de ferrocarril, carreteras y los tendidos eléctricos ya instalados.
Sin embargo, en Quintana Roo no existen vías, en ninguna parte del estado y no se sabe si la vía irá en paralelo de la carretera ya existente, que es angosta e insegura en la mayoría de su recorrido.
La instalación de la vía iniciará desde “cero”, pero en el 2020, conforme lo anunció Rogelio Jiménez Pons, próximo titular de Fonatur, en Solidaridad.
Lo que llama la atención es que la planeación de la ruta esta concluida, pero en el caso de Quintana Roo, no existe un estudio de impacto ambiental, al menos conocido.
Se sabe que el análisis ambiental iniciará en el tramo de Palenque-Tenosique, el cual abarcará sólo 100 metros de cada lado de la ruta del tren, con el fin de considerar las áreas cercanas y generar el menor impacto ambiental.
También se realizarán estudios de diagnóstico de usos de suelo y vegetación, composición de la naturaleza, diagnóstico de hidrología, diagnóstico de flora y fauna y diagnóstico socio-ambiental.
La propuesta para proteger la flora y la fauna de los estados incluye instalar cercas perimetrales alrededor de donde correrán las vías; además de los pasos a desnivel que se pretende construir en las áreas naturales protegidas
Ejidatarios y socios
En Quintana Roo, la mayoría de tierra por donde correrá el Tren Maya, es de naturaleza ejidal y el plan del próximo gobierno federal es buscar asociar a los propietarios con el proyecto para que reciban ingresos por su patrimonio.
En el caso de invasiones en el derecho de vía, se buscará un acuerdo benéfico con los grupos sociales que, por necesidad, se hayan visto obligados a asentarse irregularmente.
Para la construcción de las estaciones, los propietarios ―individuales o comunitarios―, podrán aportar los terrenos para convertirse en socios del desarrollo local.
La vía, en su tramo “Caribe”, que atravesará a todo el estado de Quintana Roo, iniciará al unirse con el tramo “Selva” que llegará desde Calakmul y correrá a la estación de Bacalar; el proyecto avanzará hacia el norte hasta Felipe Carrillo Puerto, donde habrá una estación; de ahí se va a Tulum, donde también habrá estación; continúa hacia la estación de Playa del Carmen, sube hacia Puerto Morelos, donde se hará una estación para llegar a Cancún, que estará detrás del Aeropuerto Internacional, el recorrido será de 521 kilómetros en todo el estado. De ahí se dirigirá a la próxima estación en Valladolid, ya en el estado de Yucatán.
