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(ACOM).-La obtención de material microbiano es uno de los objetivos que tiene la Misión 364 para el último mes de trabajos en el cráter de Chicxulub, que entrará en su fase de recabación de datos antes del impacto del meteorito.
En rueda de prensa, la especialista de Geofísica de la UNAM, Ligia Pérez-Cruz, quien bajó de la plataforma el sábado pasado, aseguró que estas muestras serán claves en la investigación, aunque refirió que el estudio llevará varios meses en concluir.
“Este tipo de análisis de muestras para microbiología por lo menos lleva de tres a cuatro meses porque se requieren condiciones específicas y condiciones de cultivos. Entonces, son procesos muy lentos y tendremos que esperar probablemente hasta fin de año o el que viene para poder tener alguna información al respecto”, dijo.
La integrante del equipo de investigadores que labora en aguas del litoral yucateco, señaló que en el segundo semestre de este año se analizarán en Alemania las muestras para conocer detalles de la evolución de la vida en el planeta.
Indicó que en el primer mes han logrado una perforación “exitosa” al extraer del lecho marino lo que ella calcula 100 núcleos (muestras cilíndricas de piedra, hasta el sábado eran 93) de roca con “buen registro”.
Detalló que cada muestra o núcleos consta de material pétreo en forma de cilindro, con una longitud promedio cada uno de tres metros, provenientes de cada una de las etapas que la extracción ha alcanzado en los 760 metros que ha avanzado en el subsuelo yucateco.
“Son núcleos de buen registro, de muy alta calidad que van a permitir la obtención de datos de buena calidad y muestras de alta resolución en Bremen (Alemania), explicó la científica mexicana.
El material, con un peso de unas ocho toneladas será transportado hasta esa ciudad europea vía marítima para entregarlo en un “repositorio” del Programa Internacional de Descubrimientos en los Océanos (IODP por sus siglas en inglés).
Añadió que en septiembre u octubre se va a trabajar con la mitad de estos núcleos para la repartición de las muestras para los diferentes tipos de análisis.
De acuerdo con la especialista, esto permitirá la obtención de información sobre la evolución del “anillo de picos” del cráter, también sobre la vida microbiana, de los cambios climáticos, sobre cuestiones planetarias, y la dirección del bólido, entre otros.
A partir de mañana, se integrará a la Misión el científico, Mario Rebolledo Vieyra, quien será el último mexicano en estar presente en la plataforma y quien probablemente sea quien se encuentre con alguna muestra de material microbiano.
Los especialistas concordaron en que la perforación en el cráter de Chicxulub apenas está aportando sus primeros datos, aunque refirieron en que los estudios posteriores serán los que revelen los secretos de esta formación.
La Misión 364 concluirá el próximo seis de junio, tiempo en el que se alcanzará la meta de perforación de 1,500 metros.
