jueves , 2 mayo 2024
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Mitos y realidades de López Obrador (2)

Las realidades (2)

Antonio Salgado Borge (*)

Felipe: ¡Sofía! Qué gusto verte de nuevo. He estado esperando este momento toda la semana. No he dejado de pensar en lo que aquí platicamos el domingo pasado, y esta vez vengo preparado con evidencias para probarte que tu decisión de votar por López Obrador es un error. ¡Y uno que puede salir muy caro!

Sofía: Hola, Felipe. Supongo que por error te refieres a que sería mejor no votar por AMLO y hacerlo por otro candidato. Me conoces, y sabes que estoy dispuesta a cambiar de decisión si me convences con argumentos. Así que adelante, soy toda oídos.

Felipe: Votar por AMLO es un error porque es evidente que este candidato no terminará con la corrupción. ¿Cómo habría de hacerlo cuando cobija en su partido a una serie de personas señaladas por corrupción? ¡Y AMLO los perdona a todos! Además, AMLO dice que con su ejemplo limitará a los corruptos; pero cuando fue gobernador de la CDMX no terminó con la corrupción. Si su ejemplo no funcionó en esa ciudad, ¿por qué habría de hacerlo a nivel nacional?

Sofía: Estoy de acuerdo con lo que dices, Felipe. AMLO no terminará con la corrupción. Creo que, si bien nos va, podría moderarla; pero dudo mucho que su proyecto tenga los alcances para contenerla radicalmente. No puedo defender lo indefendible.

Lo que sí puedo hacer es pedirte que consideres lo siguiente: ¿terminó Ricardo Anaya con la corrupción en el PAN? Claramente no, pues durante su presidencia se dieron numerosos escándalos —incluidos los “moches”— en ese sentido.

¿Logró José Antonio Meade limpiar la corrupción en su paso por secretarías en el gobierno federal de Peña y de Calderón? Si acaso, lo contrario es cierto.

Si Anaya y Meade no participaron directamente en actos de corrupción, al menos han solapado. Ahora bien, sobre la lista de nombres de impresentables en cada partido, te propongo un juego: por cada nombre de un corrupto en Morena que tú me des, yo te doy uno en el PAN y uno en el PRI. ¿Te parece?

Felipe: Vamos, Sofía, sabes que ese juego sería interminable. Ya entendí tu punto: no puedo reclamarte en este sentido cuando mi candidato cojea tanto o más del mismo pie que el tuyo. Mejor considera lo siguiente: Morena ha pactado con el PRI, y eso es imperdonable.

Sofía: Estoy consciente de que hay señales o indicios de ello, Felipe, pero no hay evidencias contundentes de que este podría sea el caso. Para fines de nuestra discusión, supondré que es cierto y te mostraré, de nueva cuenta, que no éste no pueda ser el factor que cambie el sentido de mi voto. Está sobradamente documentado que durante los últimos treinta años ha sido el PAN el partido que más ha pactado con el PRI; no sólo en temas legislativos, sino incluso en las elecciones presidenciales.

En 2000, Fox y el PAN se aliaron con el PRI para maniatar al PRD y empoderaron a los gobernadores priistas, en 2006 Calderón se apoyó del PRI desde su toma de posesión y durante todo su gobierno; además, parte del PAN apoyó a Peña Nieto durante 2012 en lugar de apoyar a Josefina Vázquez Mota y, apenas llegó al poder Peña, firmaron con él un pacto del que resultó las reformas energéticas que tanto se critican.

Jorge Castañeda, coordinador de campaña de Ricardo Anaya, aceptó recientemente que esto ocurrió e incluso propuso reeditar este pacto —aunque luego, cuando no obtuvo la respuesta que esperaba, cambió de opinión. Incluso el propio Anaya y Diego Fernández de Cevallos indicaron su intención de pactar en la presente elección; desde luego, ante las críticas se desdijeron.

Mi punto aquí es que no sólo el PAN ha pactado una y otra vez con el PRI —por cierto, esto no te preocupó hasta ahora—, sino que el PAN ha querido hacer lo mismo en la presente elección.

¿Morena podría pactar con el PRI? Desde luego. Presiento que cualquiera de los dos, PAN o Morena, lo harían en caso de llegar a la presidencia. La diferencia es que en el caso del PAN tenemos evidencias sobradas de pactismo en forma de registros históricos y declaraciones explícitas, mientras que en el otro sólo podemos intuir.

Felipe: Bueno, lo de los pactos entre el PAN y el PRI es sabido. Pero, en todo caso, sería el mal menor. ¡Tienes que aceptar que votar por AMLO representaría dar un salto al vacío! Ese personaje evidente que no tiene los “tamaños” para gobernar un país.

Sofía: No entiendo tu preocupación por los “tamaños” de quien ocupará el cargo más alto dentro del poder ejecutivo federal. Difícilmente puede haber una mejor prueba de esa preparación que haber gobernado la ciudad más grande de México durante seis años.

José Antonio Meade ha sido secretario de Estado en diversas ocasiones, por lo que, aunque no votaría por él, tampoco pondría en duda que puede asumir un alto cargo en el poder Ejecutivo. En todo caso, el más “pequeño” de los tres sería Ricardo Anaya, quien sólo ha ocupado puestos menores y la presidencia del PAN.

Felipe: Pues AMLO podrá tener experiencia gobernando, pero claramente en esta ocasión no tiene un proyecto para el país. ¡No me lo puedes negar, Sofía! En esta campaña, AMLO se lo ha pasado repitiendo una y otra vez los mismos mensajes: “honestidad”, “terminar con la corrupción”, “becarios, no sicarios”, “mejorar el nivel de vida”, “combatir los privilegios de las élites”… vamos, éstas no son propuestas, ¡son intenciones! El tipo no tiene nada más que decir. A mí me da pena ajena escucharlo.

Sofía: Desde luego que los cinco puntos que enlistaste son intenciones. Y, por cierto, veo que las recuerdas muy bien. Te propongo algo: mencióname, sin buscar en tu celular, cinco “intenciones” específicas de Meade y cinco de Anaya. ¡No hagas trampa, Felipe! Dijimos que sin ver el celular.

Bueno, no te preocupes demasiado, estoy segura de que ya las buscarás o recordarás cuando llegues a casa. Te pedí lo anterior únicamente para mostrarte que la repetición del mensaje ha sido una estrategia de quienes dirigen la campaña de AMLO; una estrategia claramente exitosa.

AMLO ha sido consistente y disciplinado durante la campaña. No es sorpresa que cuando la última encuesta de “Reforma” pregunta a la gente quién tiene mejores ideas económicas, contra la violencia o para terminar la corrupción, en todos los casos, la proporción de personas considera que estos son atributos positivos de AMLO por sobre Anaya es dos a uno.

Sí, Felipe: el doble. Y recuerda que son los más educados quienes más votarán por AMLO, así que no puedes explicar este fenómeno únicamente en términos de ignorancia.

Felipe: Bueno, el mensaje de AMLO será lo exitoso que tú quieras, pero el problema de fondo es que eso es todo lo que tiene AMLO: intenciones. Por ende, sigo pensando que votar por Morena implicaría un salto al vacío; los buenos deseos de AMLO no se van a materializar solos. ¿Qué nos garantiza que sus intenciones se traducirán en hechos?

Sofía: Como en cualquier elección en el mundo, no hay manera de garantizar que lo que un candidato promete se traducirá en hechos. Uno sólo puede buscar indicadores de que esto es una posibilidad real. En el caso de AMLO, te presento dos. El primero viene en forma de una serie de documentos.

¿Quieres saber que propone AMLO en economía o para finalizar los privilegios en este campo? Lee en internet las dos partes de archivo titulado “Pejenomics”. Ahí se indica con puntualidad cuáles serán las políticas económicas del que seguramente será nuestro nuevo gobierno. ¿Quieres saber qué propone en materia de igualdad de oportunidades? Busca “Femsplaining”, un documento donde se presentan propuestas para abatir la desigualdad entre mujeres y hombres.

El segundo indicador de certidumbre es que Morena ya ha presentado cuál será su gabinete —50% mujeres— que acompañará a AMLO. Esto significa que puedes evaluar sus perfiles y conocer sus trayectorias. Lo que es lo mismo, sabemos lo que podemos esperar del próximo gobierno. ¿Quiénes estarían en un eventual equipo de Meade o Anaya? Simplemente no lo sabemos. No lo sabemos porque no nos lo han querido decir. Y no nos lo han querido decir porque muy probablemente estas posiciones se repartirían por el tradicional sistema de cuotas y cuates que termina instalando en el poder a verdaderos impresentables.

¿Qué nos garantiza que no terminarían en el gabinete de Meade personas como Ivonne Ortega o Emilio Gamboa? ¿Cómo podemos saber que Anaya no se hará acompañar de Diego Fernández, de Josefina Vázquez Mota o de Miguel Ángel Yunes? Este silencio sí que implica un salto al vacío; y a un vacío que conocemos muy bien. ¿Sigues pensando que AMLO representa más incertidumbre que sus rivales?

Felipe: Creo, Sofía, que hay otro tipo de incertidumbres que no has considerado. Entiendo lo que quieres decir, pero sostengo que el hecho de que AMLO tenga planes específicos y que sepamos quiénes le rodearán no significa que sean buenos. Dime, ¿qué hace que este proyecto te resulte convincente? A mí me parece que votar por AMLO implica abrir la puerta al populismo y un regreso al pasado.

Sofía: No podría estar más en desacuerdo, Felipe. Desgraciadamente, es tarde y debo marcharme. Te propongo algo: veámonos de nuevo aquí la próxima semana para discutir lo que podemos esperar de quien seguramente será nuestro próximo presidente.— Edimburgo, Reino Unido.

@asalgadoborge

Antonio Salgado Borge

asalgadoborge@gmail.com

Fuente: Diario de Yucatán

 

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