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Pablo Duarte Sánchez, coordinador de UNORCA Yucatán, afirmó que el campo yucateco sufre cada vez más los estragos de la sequía, al complicarse más la situación ante el cambio climático, y señaló que la actual privatización de la tierra a los consorcios empresariales, provoca un gran daño al medio ambiente, al deforestarse toda el área asignada por los gobiernos estatal y federal.
Enfatizó que dichas empresas deforestan cientos de hectáreas de la selva baja caducifolia durante su instalación, cifra que aumenta de manera considerable cuando hay una ampliación de sus instalaciones, por lo que la flora y fauna se ven afectadas grandemente ante la devastación de su hábitat y resultando en un daño mayor para las especies endémicas, únicas en la región y comentó que hasta hace unos años, el problema lo ocasionó el monocultivo del henequén, posteriormente fue la ganadería la que afectó, y ahora, son las grandes empresas.
Duarte Sánchez ejemplificó el caso las plantas eólicas y solares, las cuales necesitan grandes extensiones de terreno para el buen aprovechamiento del viento y el Sol para la generación de energía renovable.
“En cambio, el campesino conoce el lugar que lo rodea y procura siempre el aprovechar las bondades de la tierra sin afectar a las plantas y los animales con los cuales convive”, acotó y acusó al sistema político neoliberal que se propaga, los más afectados son las grandes empresas y en menor medida, los que menos en tienen, tal el caso de los agricultores yucatecos.
“El gobierno debe destinar recursos a los pequeños productores, quienes son los que realmente saben conservar el medio ambiente, pero no lo hace, debido al actual tipo de política que prevalece”, subrayó.
Mencionó el caso de la sequía, la cual reapareció en la Península de Yucatán a mediados de marzo pasado, afectando principalmente a 46 municipios yucatecos.
En tan sólo dos semanas, la anomalía era evidente en el 12 por ciento de la superficie de la región, específicamente, en 58 municipios de Yucatán, así como en Lázaro Cárdenas, Quintana Roo.
