sábado , 11 octubre 2025
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Lecciones hacia el futuro

Dulce María Sauri Riancho*

Fuente: Diario de Yucatán

La madrugada de este miércoles, hace 100 años, fue ejecutado el gobernador de Yucatán Felipe Carrillo Puerto. Junto a tres de sus hermanos, el presidente municipal de Mérida y otros ocho compañeros correligionarios del Partido Socialista del Sureste, fue fusilado a las 4:20 de la madrugada después de un juicio sumarísimo realizado el día anterior.

No podemos olvidar los 13 nombres de quienes fueron sacrificados, ni la forma como perdieron la vida violentando todo principio de la Constitución aprobada casi 7 años atrás. El pasado está presente, si le damos sentido a la memoria, más allá de un hecho sangriento, para enlazarlo con las previsiones necesarias hacia el futuro.

Ayer. El gobernador Carrillo Puerto, prisionero durante más de una semana, fue sujeto de un consejo de guerra junto con sus acompañantes, a pesar de que ninguno de ellos estabavinculado a la jurisdicción de las fuerzas armadas, puesto que eran funcionarios civiles.

Existía el antecedente cercano del presidente Venustiano Carranza, quien, huyendo de sus adversarios políticos, fue victimado en Tlaxcalaltongo en mayo de 1920, también por militares insurrectos.

Las convulsiones de la fase armada de la Revolución aún no se apagaban. Las instituciones civiles apenas daban sus primeros y tambaleantes pasos para imponer la razón sobre la fuerza de las armas.

Carrillo Puerto, figura en la que algunos creen y otros se cuelgan

Los liderazgos regionales mantenían su presencia, en algunos casos más poderosa que la del Estado naciente. Quizá Yucatán fue percibido desde el centro como asiento de un gobierno fuerte, encabezado por un hombre de acción, decidido a imponer los medios necesarios para lograr la justicia social que reclamaba la población maya.

La rebelión delahuertista fue causa, pero también oportunidad para librarse de un personaje que, visto en perspectiva, era una amenaza latente para el grupo Sonora, cuya cabeza era el presidente Álvaro Obregón.

No hay evidencia de orden alguna de Adolfo de la Huerta para acabar con la vida de Carrillo Puerto. Pero al romperse el orden constitucional, los militares insurrectos actuaron de motu propio: aceleraron la farsa del juicio, que una vez concluido con sentencia condenatoria por unanimidad de los 10 jurados (7 militares, 3 civiles), culminó en el muro posterior del Cementerio General hace 100 años.

El Partido Socialista del Sureste (PSS), sus casi 1,000 Ligas de Resistencia (células de acción política y social), sus 50,000 afiliados, dependían de la figura de Felipe Carrillo Puerto. Su ausencia repentina desató pugnas entre quienes aspiraban a sucederlo, tanto en el gobierno como en la poderosa organización político-partidista.

En la disputa, se impuso la fracción más moderada con el apoyo del presidente Obregón. Sin embargo, el retroceso fue tangible, casi de inmediato. La polémica determinación de Carrillo Puerto para abrir espacios de participación política a las mujeres muy pronto fue cancelada: hostigaron hasta obligar a renunciar a la regidora Rosa Torres G. y a las tres diputadas, una vez que participaron en la elección del gobernador sustituto en mayo de 1924, fueron agredidas y minimizadas, hasta lograr la separación de Elvia Carrillo Puerto casi al iniciar su periodo.

Hubo de transcurrir un lapso de casi 50 años para que Yucatán eligiera a la primera diputada federal, más tarde que la mayoría de los estados del país.

En lo político, las pugnas locales desdibujaron la fuerza del socialismo yucateco. Alcanzó para que, en 1928, el gobernador Bartolomé García Correa fuera nominado secretario de Organización del Comité Organizador del Partido Nacional Revolucionario (PNR, “abuelo” del actual PRI).

Después, junto con la declinación de la actividad henequenera, descendió la importancia nacional del PSS, a grado tal que en 1951 la decisión del presidente Miguel Alemán impuso la candidatura de Tomás Marentes como gobernador de Yucatán. Era un personaje ajeno al estado, cuestionado incluso sobre el lugar de su nacimiento, quien fue postulado en contra del partido que dominó la escena política del sur-sureste del país durante más de 30 años.

El pasado muestra la importancia de la creación de instituciones para preservar legados políticos y encauzar acciones. Que los cambios cuando se depositan en una persona, corren el grave riesgo de desdibujarse, torcerse, actuar incluso en contra de sus propósitos iniciales. Que los liderazgos carismáticos inspiran, pero solo cuando se transforman en políticas públicas compartidas por la sociedad y el gobierno verdaderamente transforman la realidad.

A Carrillo Puerto le faltó tiempo, quizá. ¿Hubiera formado parte constitutiva del PNR? ¿Hubiera unido fuerzas con Lázaro Cárdenas? Estas y otras preguntas cayeron junto con su cuerpo la madrugada de este día, hace 100 años.

Hoy. Desde Progreso, la aspirante presidencial de Morena expresó con mucha claridad su convicción de continuar y fortalecer las políticas centralistas y concentradoras de decisiones en la figura presidencial, si llega a Palacio Nacional. Después de reconocer la destacada —y hasta ahora desconocida— labor de una yucateca en la Secretaría de Seguridad Pública de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum intentó desmentir la percepción de que si Morena gana la gubernatura, la seguridad de Yucatán se deteriora.

“Balazo en el pie” desde mi perspectiva. Combinó dos de los ingredientes que las y los yucatecos hemos rechazado una y otra vez: imposición desde el centro, menosprecio a nuestras capacidades locales. ¿Tanto le costaba a Sheinbaum reconocer los logros yucatecos, las políticas públicas en materia de seguridad que han logrado trascender cambios de partido en el gobierno?

Mañana. El cambio es el único asidero a la certeza del futuro. Su aceptación hacia 2024 y lo que viene tiene en esta premisa su punto medular. Los avances en inteligencia artificial (IA), producción de alimentos, vacunas, se disputan la esperanza con la realidad del cambio climático, las migraciones producto de la pobreza y la violencia, el deterioro de la democracia en numerosos países, incluyendo el nuestro.

No existe la opción “Paren el mundo, me quiero bajar”. Como sociedad, aquí estaremos el 2 de junio cuando se abran las urnas y se conozca el resultado. Aquí seguiremos el 1o de octubre, cuando se inicie el próximo periodo presidencial. Aquí estaremos cuando el segundo martes de noviembre, las y los estadounidenses elijan a su próximo presidente de la república. Aquí estaremos cuando se discuta el presupuesto 2025 en una Cámara de Diputados que puede restablecer el equilibrio democrático y alejar la amenaza de modificaciones constitucionales que atenten contra las instituciones y el estado de Derecho.

El cambio viene: con, sin, o a pesar de nosotr@s. Depende de cada una, cada uno, aceptarlo pasivamente o ser actor@s de él, para darle el sentido y orientación que anhelamos.— Mérida, Yucatán.

dulcesauri@gmail.com

Licenciada en Sociología con doctorado en Historia. Ex gobernadora de Yucatán

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