miércoles , 1 mayo 2024
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La síndico: un acto de valor elogiable

Denuncia de abusos contra la mujer en Kanasín

Roger Antonio González Herrera (*)

Fuente: Diario de Yucatán

Incursionar en México en la política es difícil, porque es una actividad sumamente compleja; en ella se incuban antivalores como la ambición, la soberbia, la deshonestidad, la arrogancia, la envidia y la avaricia, entre otros.

Se dice que “la política es sucia” y mucho más en nuestro país, donde casi 8 décadas de gobiernos de la “dictadura perfecta” (como el escritor Mario Vargas Llosa denominaba al régimen del PRI) propiciaron una cultura de corrupción y de simulación que está costando mucho cambiar en estos nuevos tiempos de democracia imperfecta en México.

Pero, además, participar siendo mujer y en un medio demasiado machista como el nuestro, donde aún no se reconocen suficientemente los derechos políticos de la mujer y se le segrega a una posición casi de “adorno” en las planillas y en las listas de candidatos de los partidos, sólo para cumplir a regañadientes con el precepto de la mal llamada “cuota de género”, es algo sumamente de valor.

Por eso admiro mucho a la regidora síndico del municipio de Kanasín, de nombre Flor de Liz Xóchitl Delgado Caballero, quien aun a costa de su integridad física, pero anteponiendo el bien común, ha levantado valientemente la voz y denunciado el abandono en el cual se encuentra ese municipio conurbado de Mérida y la corrupción que encabeza el alcalde de extracción priista.

El viernes pasado la regidora síndico acudió al Tribunal Electoral del Estado a solicitar un juicio de protección a los derechos políticos por la violencia política que han ejercido en su contra.

Valientemente, declaró en las puertas de dicho tribunal: “Estoy triste porque se han pisoteado mis derechos como mujer, como ciudadana, como funcionaria pública, no me dejan ejercer mi trabajo”.

Y es que, efectivamente, le han negado actas de las sesiones de Cabildo, contratos de obras y de licitaciones, el padrón de proveedores de la administración municipal, los presupuestos e, incluso, la nómina.

En resumidas cuentas, el alcalde la propuso para el puesto con la intención de que fungiera sólo como adorno y en el momento que ella quiso hacer su labor comenzó a bloquearla y también a amenazarla.

Recordemos que el síndico, en la estructura de los gobiernos municipales es el encargado de vigilar y defender los intereses municipales y de representar jurídicamente al ayuntamiento. Su principal labor es vigilar los asuntos de la hacienda pública y frenar cualquier intento de corrupción o de mal manejo de los recursos públicos.

Celebro que la sociedad no está dejando sola a esta valiente mujer y que al menos la agrupación ciudadana “Mujeres Todas” la esté acompañando en este proceso que ha iniciado formalmente.

Pero no cerremos los ojos, pues en todos los partidos hay violencia política contra la mujer; incluso, podemos citar otros casos dantescos en siguiente colaboración, quizá.

Por ahora, es importante levantar la voz y pedir la intervención decidida de las autoridades competentes para que se respeten los derechos de la regidora síndico.

Tema aparte es la suerte que, en los últimos años, ha tenido Kanasín; el municipio de mayor crecimiento poblacional en la última década y que, como maldición gitana, ha visto pasar en su palacio municipal a los émulos de Alí Babá y sus 40 ladrones.

Ojalá que en las elecciones de 2021 los ciudadanos de ese agobiado municipio elijan mejor.— Buctzotz, Yucatán.

rogergonzalezherrera@yahoo.com.mx

Profesor

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