Plásticos biodegradables
Jorge Antonio Lechuga Andrade (*)
Publicado en Diario de Yucatán
TheCircularLab creó un plástico a partir de residuos vegetales que se puede reciclar, compostar y biodegradar en el entorno marino. Este primer centro de innovación sobre economía circular creado en Europa comenzó en mayo de 2017 en Logroño (La Rioja) y promueve impulsar las mejores líneas de innovación en el ámbito de los envases y su posterior reciclado. Este nuevo material se obtiene a partir de residuos vegetales y se puede usar en la fabricación de envases como botellas o bandejas para alimentación y bebidas. Es uno de los más de 100 proyectos que el centro de innovación de Ecoembes puso en marcha en su primer año y medio de vida. Ecoembes es una empresa española privada, es sociedad anónima creada por corporaciones, grupos y asociaciones de empresas relacionadas con los envases de usar y tirar (tales como fabricantes de envases, envasadores, distribuidores de productos envasados y comercios) para gestionar el recurso que obligatoriamente deben destinar a la gestión de los residuos de los envases que ponen en circulación.
Conscientes del impacto medioambiental de los residuos en la naturaleza, y de la necesidad de apostar por la prevención en todos los ámbitos, TheCircularLab, el centro de innovación en economía circular de Ecoembes, presentó un nuevo material plástico, dentro de su apuesta para que los envases del futuro sean cada vez más sostenibles. Este material es biobasado, es decir, se obtiene a partir de residuos vegetales como mondas de patatas o cualquier otro desperdicio vegetal, en lugar de petróleo, es compostable, reciclable, y biodegradable en el entorno marino.
Este plástico sostenible, que se desarrolló junto al centro tecnológico Ainia proviene de materia 100% orgánica en descomposición, sienta las bases de toda una revolución en el ámbito de la economía circular. Ainia es una asociación privada con fines no lucrativos, de ámbito nacional, formada por empresarios del sector agroalimentarioy afines, cuyo objetivo es el fomento de la innovación y desarrollo tecnológicodel sector agroalimentario. Nace en el año 1987 por iniciativa de los empresarios y, por lo tanto, nace con una clara vocación de servicio a las empresas agroalimentarias. Actualmente cuenta con 980 empresas asociadas. Además, podría ser una alternativa para tratar los residuos provenientes de mercados municipales y otras instalaciones en las que se generan grandes cantidades de este tipo de alimentos, contribuyendo no solo a que sean reciclados, sino también a aminorar el desperdicio alimentario.
En cuanto al proceso para obtener este tipo de plástico,que responde al nombre de PHBV (PoliHidroxiButilValerato) y está en fase de prototipo, se logra tras triturar el residuo vegetal y extraer la glucosa del mismo, la cual sirve de alimento para un microorganismo que se encarga de producir el biopolímero con el que se fabrica. Al igual que los plásticos procedentes de otras fuentes no vegetales, podría usarse para el envasado de productos de alimentación y/o bebidas. Pero a diferencia de ellos, además de reciclarse, se podría compostar e incluso, biodegrarse en el entorno marino.
TheCircularLab, el centro de innovación de Ecoembes, presentó este nuevo plástico coincidiendo con una jornada de puertas abiertas, en la que se ha expuesto una muestra de los más de 100 proyectos desarrollados a lo largo de su primer año y medio de vida. El centro, que es pionero en Europa y se basa en un ecosistema de innovación abierta, investiga sobre cuatro líneas de innovación: envase del futuro, smartwaste(gestión inteligente de residuos), ciencia ciudadana y emprendimiento, a través de sus programas de aceleración de start-ups. Todo con el objetivo de impulsar la economía circular a través del reciclaje, y en concreto, de los envases. Durante su primer año y medio de vida, TheCircularLab creó un ecosistema de emprendimiento del que forman parte más de 200 colaboradores externos, 55 estudiantes (a través del programa Circular Talent Lab para jóvenes talentos innovadores) y una comunidad de 20 emprendedores, seleccionados entre más de 150 de los cinco continentes, y que se enmarcan en la aceleradora de start-ups que posee el centro.
Gracias a esto, además del plástico sostenible creado a partir de residuos vegetales, el centro puso en marcha iniciativas como A.I.R-e, el primer asistente virtual de reciclaje(un chatbot que se apoya en servicios de machine learning, y que ya está disponible para ayudar a los ciudadanos a reciclar desde su móvil); la plataforma smartwaste, basada en IoT (internet de las cosas) y big data para optimizar la gestión de residuos o una planta 4.0, que pone a la robótica al servicio de la selección de residuos.
Óscar Martín, consejero delegado de Ecoembes, señaló: “Debemos dejar atrás la filosofía del producir, usar y tirar para adentrarnos en el nuevo paradigma de la economía circular y poder, así, ser capaces de responder a desafíos ambientales como el cambio climático, la contaminación o el uso eficiente de la energía. Porque no tenemos un planeta B”. Con este compromiso trabaja TheCircularLab, que “ya puso en marcha más de 100 proyectos y un ecosistema del que forman parte más de 200 instituciones, empresas y organizaciones, que son la mejor prueba de que un mundo más circular sí es posible”.
Zacarías Torbado, coordinador de TheCircularLab, encabezó, por su parte, la presentación de los proyectos del centro de innovación y puso el acento en la importancia de la innovación para conseguir un planeta más sostenible y explicó que “el nuevo plástico es el germen de nuevos desarrollos basados en el diseño circular, y uno de los ejemplos de cómo serán los envases en el futuro”.— Mérida, Yucatán
jorge.lechuga@correo.uady.mx
Ingeniero químico. Doctor en Proyectos de Innovación tecnológica en Ingeniería de Procesos. Profesor e investigador de la Uady
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