lunes , 6 octubre 2025
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Historia del Coloso de Rodas

Franck Fernández Estrada (*)

Fuente: Diario de Yucatán

El hombre moderno es presuntuoso. Presumimos de las grandes obras que realizamos en nuestra época. Sin embargo, los antiguos, aquellos que nos precedieron en un mundo con mucha menos tecnología de la que disponemos en estos momentos, crearon obras maravillosas y que solo grandes fuerzas de la naturaleza lograron destruir.

Estoy pensando en particular en el Coloso de Rodas, una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. El Coloso de Rodas es un símbolo de grandeza, ingenio y del espíritu humano. Construido entre 292 y 280 a.C. para conmemorar la victoria de Rodas sobre Chipre, esta majestuosa estatua del dios sol Helios se alzó a 33 metros de altura, convirtiéndose en una de las esculturas más impresionantes de su tiempo. Sin embargo, su historia no se limita a su construcción. Está marcada por su destrucción y el deseo de reconstrucción que ha perdurado a lo largo de los siglos.

La idea de erigir el Coloso surgió tras la victoria de los rodios sobre el rey macedonio Demetrio Poliorcetes, quien había sitiado la isla. Los habitantes de Rodas decidieron construir esta monumental estatua como un tributo a su dios protector, Helios, que simbolizaba luz, poder y prosperidad. La obra fue encargada al escultor Chares de Lindos, quien utilizó bronce y hierro, junto con piedras de los arietes enemigos que habían sido capturados.

La construcción del Coloso se extendió por aproximadamente doce años y fue un desafío técnico y artístico considerable. Se utilizó una técnica innovadora que implicaba la creación de un armazón de ladrillos que se recubría con placas de bronce. Al finalizar, el Coloso no solo era un logro arquitectónico, sino también una obra de arte que encarnaba la habilidad y la creatividad de los antiguos griegos.

Destrucción

A pesar de su imponente presencia, el Coloso de Rodas tuvo una existencia relativamente corta. En el año 226 a.C., un fuerte terremoto devastó la isla y derribó la estatua, que cayó y se rompió en trozos. A pesar de su destrucción, el Coloso dejó una huella perdurable en la memoria colectiva. Las ruinas permanecieron en el suelo durante siglos y se decía eran una poderosa advertencia sobre la fragilidad de las grandes obras humanas.

El legado del Coloso se extendió más allá de su existencia física. A lo largo de la historia, se ha mencionado en obras literarias y artísticas y su imagen se ha utilizado para simbolizar la resistencia, la libertad y la capacidad humana para superar adversidades. La idea de la grandeza de esta estatua ha resonado en generaciones, convirtiéndola en un ícono de la cultura occidental.

A lo largo de los siglos, ha habido un anhelo por reconstruir el Coloso de Rodas. Esta aspiración no solo refleja el deseo de recuperar una maravilla perdida, sino también la búsqueda de lo sublime en la expresión artística y cultural. En la era contemporánea, la idea de reconstruir el Coloso ha cobrado fuerza, impulsada por varios factores.El renacimiento del interés por el patrimonio cultural ha llevado a muchos a considerar la reconstrucción del Coloso como un proyecto simbólico. La idea de recrear una maravilla del pasado podría servir como un recordatorio de la grandeza de la civilización humana y su capacidad para crear y destruir. Además, podría ser un catalizador para el turismo en Rodas, revitalizando la economía local y fomentando el interés por la historia y la cultura griega.

En la actualidad, se han propuesto diversas iniciativas para reconstruir el Coloso. Algunos arquitectos e ingenieros han presentado planes que incorporan tecnologías modernas y materiales sostenibles. La visión contemporánea del Coloso podría incluir no solo una estatua física, sino también un centro cultural y educativo que honre la historia de Rodas y su patrimonio.

Pros y contras

Algunos de estos proyectos han generado entusiasmo en la comunidad, mientras que otros han enfrentado críticas. Hay quienes argumentan que la reconstrucción de una maravilla antigua podría desvirtuar su esencia, convirtiéndola en una atracción turística más que en un símbolo de la cultura griega. Sin embargo, otros sostienen que, al recrear el Coloso, se podría dar nueva vida a su historia y fomentar un sentido de conexión con el pasado.

La reconstrucción del Coloso de Rodas presentaría desafíos significativos. Desde consideraciones técnicas hasta cuestiones de financiación, cualquier proyecto de este tipo requeriría una planificación meticulosa. Uno de los principales retos sería el diseño y la ingeniería estructural. Los métodos utilizados en la antigüedad son muy diferentes a los de hoy. Sin embargo, gracias a avances en la tecnología y la ingeniería, sería posible crear una réplica que no solo sea visualmente impactante, sino también segura y duradera.

El Coloso de Rodas, además de ser una impresionante obra de ingeniería y arte, está rodeado de varias anécdotas y relatos que reflejan su importancia y la fascinación que generó en la antigüedad. Veamos algunas de ellas.

Anécdotas

Se cuenta que Chares de Lindos, el escultor encargado de la obra, utilizó técnicas innovadoras para la época. La estatua fue construida utilizando un armazón de ladrillo recubierto de bronce. Se dice que la construcción fue un desafío tan monumental que Chares tuvo que inventar nuevas herramientas y métodos para lograrlo.

Su dedicación fue tal que, según la tradición, a menudo se quedaba trabajando hasta altas horas de la noche, dejando la estatua a la vista de los habitantes de Rodas.

La historia de la destrucción del Coloso es tan impresionante como su construcción. En 226 a.C., un fuerte terremoto sacudió Rodas, haciendo que la estatua se desmoronara. Muchos viajeros de la antigüedad se maravillaron al ver los fragmentos, que fueron considerados como un símbolo de la grandeza perdida. El Coloso de Rodas atrajo a muchos viajeros y eruditos de la antigüedad. Entre ellos, el filósofo griego Pausanias, quien escribió sobre la estatua en su “Descripción de Grecia”. Sus relatos proporcionan detalles sobre la apariencia del Coloso y las impresiones que dejó en los visitantes, describiendo su imponente tamaño y la técnica utilizada para su construcción. La idea de reconstruir el Coloso de Rodas también plantea preguntas más amplias sobre el papel de las maravillas del mundo en la cultura contemporánea. ¿Debemos esforzarnos por revivir lo que se ha perdido o es más valioso aprender de su legado y continuar creando nuevas obras que reflejen nuestros tiempos? La respuesta puede variar según la perspectiva de cada individuo, pero lo cierto es que el Coloso representa un deseo inherente de la humanidad de dejar una marca en el mundo.

El Coloso de Rodas, a pesar de su destrucción, sigue siendo un símbolo poderoso de la creatividad y la ambición humanas. El deseo de reconstruirlo en nuestros días refleja no solo una nostalgia por el pasado, sino también una aspiración hacia un futuro donde la cultura y la historia sean valoradas y preservadas.

La historia del Coloso nos recuerda que, aunque las grandes obras pueden caer, su legado puede perdurar y ser reinterpretado por las generaciones futuras. La reconstrucción del Coloso podría ser más que una simple tarea arquitectónica, podría convertirse en un acto de reafirmación cultural y un recordatorio de que, incluso en la adversidad, el espíritu humano es capaz de crear maravillas.

(*) Traductor, intérprete, filólogo.

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