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El Centro Cultural ProHispen emitió la Convocatoria para el XX Premio Peninsular de Poesía “José Díaz Bolio”, con un estímulo económico de 10 mil pesos.
Se informa en un boletín, que este certamen nació en 2001 con el propósito de impulsar la creación literaria entre los habitantes de Yucatán, Campeche y Quintana Roo, con especial énfasis entre los jóvenes escritores que se dedican a hacer poesía, lo cual lo llevó a posicionarse como uno de los más importantes a nivel regional.
El jurado de esta edición estará compuesto, al igual que en las anteriores, por tres escritores profesionales de reconocido prestigio por su obra poética y su trayectoria académica en literatura. Habría que señalar que los tres son de diferente origen: uno es peninsular, uno de otra región del país y uno más de otra nación.
En ese sentido, en ediciones recientes el jurado calificador contó con personalidades como Ramón Iván Suárez Caamal, Luis Armenta Malpica, Luis Aguilar, Daniel Torres Rodríguez y Amado Láscar, entre otros, reconocidos por su integridad y profesionalismo.
El tema será libre y las obras deberán ser originales e inéditas, escritas en español y no estar participando en otro certamen al momento de esta convocatoria ni haber sido premiadas con anterioridad, y deberán tener una extensión mínima de cinco cuartillas y no mayor a 20.
La convocatoria quedará abierta desde su publicación hasta el 31 de agosto. Para cualquier información sobre el premio, pueden comunicarse al Centro Cultural ProHispen al teléfono 999-944-64-24, de lunes a viernes de 9 a.m. a 2 p.m.
José Díaz Bolio (1906-1998) fue un prolífico escritor, poeta y antropólogo yucateco. Autor de numerosos poemarios que recorren los más diversos temas de la cultura maya, concluye el boletín.
De acuerdo a la Enciclopedia de la Literatura en México, “en ‘El Mayab resplandeciente’ (1934) Díaz Bolio reúne poemas en prosa, en donde recrea la filosofía maya frente a la naturaleza y el amor. ‘En Palabras en primavera’ (1934) poemas de juventud, conjuga el amor con lo exótico característico de la región. En ‘Oración rústica’ (1943), rescata parte del lenguaje pícaro y coloquial de la misma. En ‘Sónticos’ (1939), mediante un elaborado ejercicio poético buscó modificar la estructura clásica del soneto”.
