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Algo va muy bien
Antonio Salgado Borge (*)
Algo parece ir muy mal cuando tres de los cuatro candidatos a gobernador de Yucatán deciden acudir a un foro convocado por organizaciones que les piden definirse sobre el matrimonio igualitario, un derecho plenamente reconocido por la Suprema Corte de Justicia. Algo parece ir muy mal cuando las personas que aspiran a representarnos avalan con su presencia a quienes piden que se prive a miles de seres humanos de un derecho innegociable en países que consideramos como referentes en derechos humanos o calidad de vida y que es defendido por organizaciones internacionales en las que confiamos, como la ONU; cuando en uno de los estados con más crímenes de odio por homofobia nuestros candidatos legitiman a quienes directa o indirectamente promueven el mensaje de que en Yucatán no todos los individuos valen lo mismo.
Algo parece ir muy mal cuando Mauricio Vila, Mauricio Sahuí y Joaquín Díaz Mena desfilan, uno por uno, desencajados y forzando maromas retóricas para decir, sin decirlo directamente, que simpatizan con los opositores al matrimonio igualitario. Algo parece ir muy mal cuando nuestros candidatos aceptan maquillar la proposición “me opongo al matrimonio igualitario ya que creo que los homosexuales no deberían tener este derecho por x, y o z” con el polvo translúcido de la marca “a favor de la familia”, un eufemismo que, de no implicar oposición al matrimonio igualitario, sería un término que no tendría sentido debatir.
Algo parece ir muy mal cuando nuestros candidatos optan por dar la espalda a su responsabilidad histórica e ignoran o barren bajo el tapete el contexto global en que grupos de ultraderecha, con el pretexto de combatir una quimera que sólo es creída en los países más pobres y menos educados —la “ideología de género”—, buscan revertir los derechos y libertades que directa o indirectamente ponen en riesgo a todas las personas que no sean hombres y heterosexuales. Algo parece ir muy mal cuando en pleno siglo XXI y a pesar de que una tercera parte de los votantes yucatecos son millenials nuestro estado parece atascado en un provincialismo anacrónico.
Pero lo que hoy parece estar muy mal parecerá estarlo sólo para quienes limiten su atención a lo ocurrido en el foro mencionado, o para quienes desconozcan la forma en que Yucatán se ha transformado en los últimos años. Y es que, cuando se ve más allá del evento organizado por el FNF, es evidente que lo contrario es cierto. Basta leer con detenimiento la cantidad y la calidad de los comentarios críticos hacia los candidatos en un vídeo del foro publicado en Facebook por un portal local, reproducido más de cuarenta mil veces, para notar que no es verdad que en nuestro estado estén ganando los grupos antiderecha. Es suficiente con escuchar con atención lo que los jóvenes yucatecos comentan y las preguntas que éstos hacen a los candidatos en redes o foros universitarios para constatar que en nuestro estado crece un ímpetu igualitario que comienza a ser dominante.
La pregunta obligada es, desde luego, si este ímpetu es real, ¿por qué tres candidatos a gobernador y tres candidatos a alcalde aceptaron participar en un foro organizado por opositores a la diversidad? A esta pregunta se puede responder de dos formas complementarias. (1) La primera es que los candidatos asistieron por comodidad: porque sabían que si todos desfilaban entonces nadie perdía nada. Supongamos que una joven iba a votar por Mauricio Vila antes de saber del foro. Supongamos que la joven reprueba la participación y los comentarios antiderechos del panista sobre el matrimonio igualitario. El problema para esta joven es que no puede trasladar su voto a Mauricio Sahuí o a Joaquín Díaz Mena por este motivo porque ambos estuvieron tan presentes y fueron tan antidiversidad en ese foro como Vila. Los únicos candidatos que no asistieron son los del PRD, pero no se atrevieron a fijar su posición abiertamente y no tienen ninguna posibilidad real de ganar las elecciones.
(2) La segunda forma de explicar por qué los candidatos a gobernador y a alcalde decidieron legitimar un discurso antiderechos es porque los yucatecos más jóvenes apenas comienzan a organizarse; es decir, estamos ante un grupo de personas que son conscientes de que no son representadas por nuestrxs actuales candidatxs e instituciones. En este contexto de disonancia han surgido diversas organizaciones, activistas y proyectos impensables hasta hace algunos años en Yucatán. Un importante esfuerzo reciente es la Agenda Estatal Política de la Coalición Mexicana LGBTTTI+ (Yucatán).
La Coalición Mexicana LGBTTTI+ (Yucatán) es “resultado de los trabajos realizados por diversas organizaciones estatales de derechos humanos y de la diversidad sexual”. Esta coalición trabaja en sincronía con la importante Coalición Mexicana LGBTTTI+, e incluye a organizaciones civiles, colectivos y activistas yucatecos. La esencia de esta coalición es la defensa de los derechos de todos los humanos por el hecho de ser humanos: “se trata de un movimiento horizontal, plural e incluyente sin precedentes que aglomera a defensores de derechos humanos, ciudadanos de todas las ideologías, profesionistas de diversas disciplinas y militantes de partidos políticos a favor de la igualdad de derechos para todas las personas”. Nada puede pasar por encima de la condición igualmente humana de cada persona.
La Agenda Estatal Política que propone la Coalición Mexicana LGBTTTI+ (Yucatán) está dirigida a todos los candidatos yucatecos y tiene como objetivo lograr que las personas que aspiran a representarnos incluyan en sus plataformas electorales no sólo a las poblaciones LGBTTTI+, un sector subrepresentado hasta hoy, sino también al creciente número de personas que suscriben sin cortapisas la frase “yo soy tú y lo que yo veo es a mí”, inmortalizada por Roger Waters en “Echoes”. Y es que cuando se revisan los temas que se incluyen en esta agenda uno podría pensar que se trata de asuntos que cualquier ser humano que conciba al prójimo como su igual tendría que aceptar temas que responden a problemas y rezagos evidentes en nuestro estado y que hoy generan innecesarios sufrimientos o ponen a miles de personas en situaciones de injusta desventaja.
Si bien no hay espacio para abordar todos los puntos, vale la pena mencionar algunos ejemplos para ilustrar lo que propone esta agenda. En la sección de “medidas legislativas” se incluye “tipificar en el Código Penal del estado los crímenes de odio derivados de la orientación sexual y/o identidad de género, de conformidad con los más altos estándares en materia de derechos humanos, de tal manera que se incorporen a dicha normatividad”. O “reformar la Constitución del estado (artículo 94) y el Código de Familia (artículos 49 y 201) para garantizar el acceso al matrimonio y al concubinato a las parejas del mismo sexo”. Si los candidatos dicen que respetan lo determinado por la SCJN, esta modificación no está sujeta a debate: debería proceder en automático.
En la sección denominada “medidas ejecutivas” se incluye “destinar recursos para la implementación de un Observatorio Estatal de la Diversidad Sexual para conocer la prevalencia de la violencia y la discriminación contra las personas LGBTTTI+ y para participar en la propuesta de políticas públicas” o “programas de sensibilización, prevención y atención al VIH/sida y otras ITS en el estado de Yucatán”. También se habla, en “desarrollo social de capacitar y sensibilizar a personal que trabaja con salud mental en el estado de Yucatán con temas relacionados a la población LGBTTTI+”.
La Coalición Mexicana LGBTTTI+ (Yucatán) es una realidad y tiene una agenda concreta que cualquier político interesado en los derechos humanos tendría que revisar y considerar de inmediato. Esta organización ya ha buscado a los candidatos a gobernador y a candidatos a otros puestos de elección popular. Es importante subrayar que lo más probable es que en la presente elección haya candidatos que temerosos de perder patrocinios o de ser castigados por los sectores más tradicionalistas opten por ignorar o menospreciar este esfuerzo. Y en ese momento muchos pensarán que algo va mal.
Pero la Coalición Mexicana LGBTTTI+ (Yucatán), las organizaciones y personas que agrupa, otras organizaciones o activistas pro-derechos, y las personas más jóvenes que viven en nuestro estado no se irán a ninguna parte. El recambio generacional y la documentada participación de los millennials en asuntos públicos garantizan que estas causas llegaron para quedarse; su presencia y peso político serán cada vez mayores. Las personas que aspiran a representarnos están a tiempo de corregir sus errores y de reconocer, por conveniencia o convencimiento, que nuestros tiempos han cambiado y que no hay maromas retóricas que funcionen cuando se intenta pretender lo contrario. Quienes se nieguen a hacerlo estarán aceptando los costos sociales y la responsabilidad de discriminar implícitamente; el peso personal y político que implica presentarse con posiciones retrógradas ante los yucatecos más jóvenes.
Excurso
Yucatán se convirtió esta semana en el primer estado en tipificar como delito la porno-venganza. Ésta es una excelente noticia por dos motivos. El primero es que nuestros legisladores, por una vez, han decidido proteger derechos que hoy son vulnerados. El segundo es la presencia cada vez más palpable en nuestro estado de jóvenes dispuestos a participar activamente en la defensa de causas justas. Una felicitación a Ana Baquedano Celorio, sin cuyo empuje este cambio no hubiera sido posible.— Edimburgo, Reino Unido.
asalgadoborge@gmail.com
@asalgadoborge
Candidato a doctor en Filosofía (Universidad de Edimburgo). Maestro en Filosofía (Universidad de Edimburgo) y maestro en Estudios Humanísticos (ITESM)
El cambio generacional y la participación de los millennials en asuntos públicos garantizan que estas causas llegaron para quedarse
Fuente: Diario de Yucatán