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La titular de la Secretaría de la Cultura y las Artes, Erica Millet Corona, aseguró que en seis meses se analizarán los posibles cambios del Gran Museo del Mundo Maya, con la intención de darle un uso apropiado e incrementar su presencia, interés turístico y establecer nuevas dinámicas de impacto para este sector económico.
La funcionaria señaló que este edificio es improductivo y tiene instrucciones del gobernador del estado de darle un giro a las actividades, muestras museográficas y presencia institucional para tratar de recuperar su presencia y capacidad, el flujo de turistas y alternativas para hacerlo realmente un sitio de interés; destacó que con la desaparición de la dirección de Museos, que funcionaba en ese edificio y que se integra a la dependencia a su cargo, se buscará adecuar el espacio, reacomodar al personal y establecer una serie de medidas y mecanismos para cumplir con un edificio atractivo y funcional, pero sobre todo rentable.
Millet Corona afirmó que se analizará la situación financiera del inmueble, que se ha convertido en un “elefante blanco”, se buscará establecer la operación del video mapping que dejó de funcionar, y las áreas y espacios del museo para que tenga mayores rendimientos económicos y culturales.
De momento, expuso que no es posible ofrecer a detalle la situación del inmueble, y el destino que tendrá, se espera que en seis meses se pueda emitir un dictamen, los mecanismos financieros para incorporar nuevas tareas y poder tener claro el destino de esta propiedad estatal; para reactivar los espacios, se establecerán acuerdos con otras instituciones, se ampliará la oferta cultural, mejorará las condiciones de las salas y se establecerá un plan de trabajo con actividades que incremente la presencia, capacidad y afluencia de visitantes, así como una interacción con el sector turístico.
Durante la pasada administración estatal, el edificio funcionó como sitio de eventos políticos y administrativos y sede de la oficina de Museos y Sitios culturales a cargo de Jorge Esma Bazán, además del espacio museístico, con una mínima captación de turistas y un elevado costo operativo burocrático.
