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(Notimex).- Dos días después de la votación a favor del proceso de juicio político contra Dilma Rousseff, el eco sobre lo sucedido en la Cámara Baja sigue suscitando opiniones de la gente y de la prensa, pero no por el impacto político del caso, sino por la extravagancia y grosería en discursos de decenas de diputados.
El voto del domingo, nominal, otorgaba a cada diputado diez segundos de máxima audiencia, pues millones de personas seguían por televisión la votación como si fuera un partido de fútbol, lo que aprovecharon parlamentarios para hacer de todo excepto un ejercicio de solemnidad.
La mayoría “dedicó” el voto a su familia y amigos, en lugar de referirse a las razones que les había llevado a votar “sí” o “no” al juicio político, pero el “espectáculo circense” –como definió la prensa brasileña la sesión- fue más allá: hubo empujones, insultos, escupitajos e incluso elogios de torturadores de la dictadura militar.
“¡En nombre de mi madre y de mis hijos!”, invocó el diputado Wladimir Costa, que votó “sí” a seguir con el impeachment con un documento en la mano que simbolizaba “un billete de avión para ella (Dilma Rousseff), pero solo de ida”.
Segundos después, este diputado acusado de en enero de desvío de dinero público y cuyos bienes fueron embargados por la Justicia, accionaba un cartucho de confeti al grito de “ooeeeee”.
El diputado Sérgio Moraes votó a favor del juicio político y, tras consumir su turno de palabra, se hizo de nuevo con el micrófono, miró a la cámara de televisión y dijo: “Feliz aniversario, Ana, mi nieta”.
Otros invocaron a Dios –cualquiera que fuera su credo- e hicieron mención a otros países, “Por la paz en Jerusalén, voto sí”, dijo el diputado Ronaldo Fonseca, sin que tuviera nada que ver con el proceso.
Una de las intervenciones más estridentes, y que ha generado una demanda judicial, fue la de Jair Bolsonaro, un exaltado diputado de extrema derecha que dedicó su voto “a la memoria del Coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra, el pavor de Dilma Rousseff”, en referencia al pasado torturador del militar y, de la militante torturada.
Un comentario ofensivo de Bolsonario fue, precisamente, lo que provocó que en plena votación plenaria el diputado Jean Wyllys –defensor de los derechos de los homosexuales- le lanzara un escupitajo, mientras las cámaras de televisión retransmitían en directo lo ocurrido en Brasil.
“Somos una democracia muy limitada por tener partidos débiles y población poco concienciada con la política. En Uruguay, Argentina o Chile, por citar a nuestros vecinos, hay mucha más conciencia política”, explicó a Notimex el diputado Chico Alencar, del Partido Socialismo y Democracia (PSOL).
“Ya hubo diputados viendo vídeos pornográficos en el teléfono dentro de la Cámara… Yo, que soy profesor, tengo nostalgia de mi época dando clase, porque incluso los peores alumnos prestaban más atención que los parlamentarios aquí. Es una farsa: dicen que en el Parlamento brasileño hasta las peleas están pactadas”, agregó.
Un desasosiego compartido por los brasileños respecto a lo ocurrido en la sesión de votación es que, según algunos expertos, es producto del propio sistema político brasileño, en el que las formaciones privilegian a los candidatos que más recaudan y no a los mejores oradores o ciudadanos ejemplares.
“El Parlamento es la cara de Brasil, y la mitad de los brasileños diría esas cosas. Fue un ejercicio doloroso de retórica brasileña”, resumió el historiador Leandro Karnal.
