Denise Dresser (*) Fuente: Diario de Yucatán El escenario fue ancestral: copal humeante, ministros arrodillados, suplicantes ante Quetzalcóatl para que inspire sus resoluciones. Así fue la ceremonia de toma de posesión de la nueva Suprema Corte. Un rito de cercanía al pueblo, pero que inaugura una liturgia alejada del principio constitucional de la ciudadanía igualitaria, al margen de la etnia …
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