A vigilarte Denise Dresser (*) Sr. Presidente. Te escribo estas líneas, sentada en mi escritorio, con el pulgar manchado de tinta indeleble, con sentimientos encontrados. Esperanza y zozobra. Alegría y temor. Gozo por lo que decidimos dejar atrás e inquietud ante lo que vendrá. Sé por qué ganaste; sé por qué el voto se volcó en tu favor. Como nadie …
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